Por Yasel Toledo Garnache
La protagonista de esta historia era poco conocida por el pueblo cubano, pero durante unos tres meses salió en las pantallas de los televisores cada domingo, y cautivó a muchos por la belleza de su voz y éxitos en Sonando en Cuba, popular programa con carácter competitivo.
Dayana Batista Divo, oriunda de Bayamo, tenía esperanzas de obtener el primer lugar en ese concurso, pero en la última gala las mayores sonrisas fueron para Yulaysi Miranda Ferrer, de La Habana, y ella aplaudió.
Cualquiera puede pensar que cuando el jurado mencionó el nombre de la ganadora algo dentro de Batista Divo se rompió, sin embargo no se sintió mal, según asegura en diálogo con la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
“Me alegré por Yulaysi, ella también lo merecía, porque es una excelente artista y tuvo un gran repertorio en toda la competencia, especialmente en la última noche, el cual defendió de una forma espectacular y con mucha profesionalidad. Cualquiera de nosotras y Rosa María Moret Portilla, de la zona central, pudo triunfar”, refiere con tranquilidad.
“Tenemos excelentes relaciones entre nosotras, conocí a la hija de Yulaysi y a su madre, son personas muy agradables. Cada una de nosotras tiene su estilo, su voz y estamos orgullosas por lo logrado”, manifestó quien sueña con tener una carrera sobresaliente como solista.
Según la carismática joven, quizá ella pudo interpretar un popurrí más complejo y rico en la última gala, que el escogido por su mentor Paulo Fernández (Paulo FG), pues la música cubana es muy extensa y con temas muy complicados.
Expresa que Sonando en Cuba fue lo máximo, una oportunidad para superarse, y un reto enorme porque asumió temas de casi todos los géneros musicales, lo cual exigió más esfuerzo, pues ella estaba acostumbrada a boleros y baladas.
“Crecí bastante como cantante y el concurso me abrió muchas puertas, que deseo aprovechar todo lo posible”, manifiesta quien recibió el aval de profesional desde hace unos cinco años, pero no tuvo mucha promoción ni ofertas de trabajo atrayentes en Bayamo, ciudad donde vive desde su nacimiento.
Añade que ahora es más versátil, la conocen en todo el país y fuera, las personas la paran en las calles, la elogian y le desean más éxitos, lo cual la estimula y compromete a ser mejor cada día como artista y persona.
“Agradezco infinitamente al colectivo del programa por su dedicación, en especial a Paulo, quien nos ayudó muchísimo. A veces, ensayábamos en su casa hasta las cuatro y pico o cinco de la madrugada”, dice esta joven que no desea formar parte de ninguna orquesta.
Dayana Batista, en nuestra conversación, habla rápido como si fuera un manantial de ideas y no necesitara pensar cada respuesta. En ocasiones sonríe, y continúa con la misma seguridad mostrada en el escenario.
Su vida no ha sido fácil y siempre no ha estado de fondo imaginario una melodía agradable. Ha sufrido la pérdida de familiares muy queridos, incluida su madre, y el padre jamás demostró demasiado interés ni cariño.
“Me criaron mis abuelos, quienes me sobreprotegieron mucho y sembraron en mí el amor por la música cubana”, señala quien también fue bailarina durante algún tiempo y asumió la responsabilidad de tener dos hijas desde muy joven, a quienes define como sus mayores premios.
Ella canta desde pequeña y a los cinco años de edad formó parte del coro Ismaelillo, en la Casa de Cultura de Bayamo. Luego, participó en festivales infantiles en Granma, como Reparadores de sueños, con buenos resultados.
Con valentía, dice que, a pesar de ser evaluada como cantante profesional, ha estado un poco escondida aquí durante bastante tiempo, sin recibir muchas oportunidades, por eso valora más las puertas abiertas por Sonando en Cuba.
Asegura que las sonrisas de la mayoría de los concursantes, transmitidas por la televisión, fueron sinceras, pues muchos tenían buenas relaciones entre ellos y hasta disfrutaron los logros de otros como propios.
“En mi equipo, el de la zona oriental, nunca sentí rivalidad fea, ni maldad, nos entendíamos bien. En ocasiones, nos sentábamos a compartir y cantar juntos. Radicamos en un hostal con excelentes condiciones, apunta quien disfruta bastante quedarse tranquila en casa junto a sus niñas, una de las cuales también canta.
Cada vez que menciona a Sonando… sus ojos muestran un brillo especial. Tal vez porque las oportunidades continúan. Manifiesta que a finales de este mes los 24 concursantes deben comenzar una gira nacional, la cual incluirá dos o tres presentaciones en cada provincia y las primeras serán en Guantánamo.
El último concierto será en La Habana, con la participación del sobresaliente artista puertorriqueño Víctor Manuel.
Según añade, tienen un contrato de un año con RTV Comercial, empresa comercializadora de productos y servicios de la Radio y la Televisión cubanas, productora y coproductora de proyectos televisivos y cinematográficos, que se encargará además de la grabación de un disco y la promoción.
También habla de la posibilidad de algunas presentaciones internacionales junto a otros cinco de los jóvenes más destacados en el programa.
Casi al final de nuestra conversación, refiere que existen muchas opciones de trabajo en la capital del país, por eso radicará allá, donde seguirá cantando con el corazón y tratará de conquistar el sueño de ser una solista con bastante éxito.
Ella se despidió con una sonrisa, y siguió junto a su esposo y una de sus dos hijas, llena de alegría y seguro que con más anhelos.
(Tomado de la ACN)