En La Guabina, vuela el tomeguín del pinar

Editado por María Candela
2016-12-19 21:45:23

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El tomeguín del pinar, ave endémica de Cuba,  vuela con libertad  en el área protegida La Guabina, un paraíso natural a escasos kilómetros de la ciudad de Pinar del Río, visitado por más de medio centenar de especies de la avifauna cubana.

En sus senderos, los ejemplares son preservados por trabajadores del Rancho La Guabina, vecinos de la cercana comunidad con una elevada educación ambiental y visitantes que acuden al sitio para admirar la belleza de su fauna y flora.

A sólo 10 kilómetros de la ciudad, capital de la provincia de igual nombre, el centro es la mezcla de un tranquilo ambiente de montañas, valles y un embalse, escenario ideal para la práctica del ecoturismo, que brinda la posibilidad del descanso combinado con caminatas, cabalgatas, paseos en coches de caballo y en bote por la laguna.

Guías turísticos del lugar aseguraron que el tiaris canora, nombre científico del tomeguín del pinar, junto a otras aves endémicas y migratorias, encuentran en el apacible entorno rural su refugio predilecto.

Unos 11 centímetros de largo tienen esos ejemplares, dotados de collar amarillo bordeado en negro, en llamativo contraste con su cuerpo verde olivo, y de comportamiento muy familiar en campos y cañaverales frecuentados.

Posee la cualidad de adaptarse a vivir en jaula y brindar su tierno canto, lo cual unido a su belleza, en ocasiones lo hace presa fácil de cazadores indolentes, de ahí los esfuerzos del ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente por proteger al diminuto pájaro de la acción depredadora del hombre.

Cuando no están en época de apareamiento se agrupan en pequeñas bandadas familiares, y en el período de cría las parejas establecen una unión muy fuerte, en tanto los machos se vuelven en extremo celosos y pelean entre sí por su territorio.

Conocida principalmente por desarrollar el mejoramiento genético de las razas equinas appaloosa y pinto cubano, la finca La Guabina posee también otros tesoros que invitan a acudir a su encuentro.

La finca cuenta con una casa de cinco habitaciones, además de cabañas independientes, un restaurante privado para los huéspedes, parrillada y bar y el almuerzo es servido en una construcción típica cubana conocida como ranchón.



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