Nadie duda cuál es el símbolo por excelencia de la Universidad de La Habana. Pero más allá de su pedestal, de su imponente tranquilidad, una historia nos devuelve coincidencias y explicaciones para muchos destinos.
Según el plan, el monumento simbolizaría a Palas Atenea, pero una extraña combinación sorprendería al escultor yugoslavo o checo Mario Joseph Korbel (Osek, 1882-Estados Unidos, 1956).
Alma Mater, (Madre Nutricia) es como una diosa del saber, una especie de Minerva, la diosa griega de la sabiduría.
Para lograr el impresionante monumento, el autor buscó y encontró como modelo para el cuerpo, una escultural mulata; para el rostro le recomendaron el de Carmen, una de las hijas del coronel del Ejército Libertador y profesor universitario José Ramón Villalón Sánchez.
El escultor se dirigió a la casa del profesor Villalón para conocer a Carmen, pero vio a Feliciana, la otra hija del coronel que en aquel entonces solo tenía 16 años y comprendió que ese era el rostro de la Alma Mater.
El escultor Karbel comenzó su trabajo en 1919 y después de terminado el proyecto, lo envió a Nueva York donde lo fundieron. Cuando llegó fue situada en un terreno yermo dentro de los muros universitarios; y fue en 1927 que lo sitúan en lo alto de la monumental escalinata y que fuera concluida en 1927.
Es interesante que una mulata y una blanca hayan servido de modelo para el simbólico monumento, pues ellas a su vez, simbolizan el mestizaje de nuestra nación, cuando usted sube las escalinatas universitarias, se va encontrando muchas “almas-mater”, con sus libros entre los brazos o una mochila al hombro, quizás no sepan que todas ellas, con sus alegrías, preocupaciones y esperanzas, están representadas en aquella serena y fría estatua de bronce que fue, es y será la testigo silente de las luchas y combates, de los triunfos y frustraciones, que han ido conformando la historia y la realidad nuestra patria, y de la Universidad en particular.
Hoy, esa monumental escultura que vemos en la cúspide de la escalinata resume la esencia de la universidad e invita a los jóvenes a encontrar sus destinos, como precisó nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en septiembre de 2010, al pie del Alma Mater:
“Esta escalinata, a la que nunca imaginé volver, guarda imborrables recuerdos de los años en que comencé a tener conciencia de nuestra época y de nuestro deber. Se puede adquirir conocimientos y conciencia a lo largo de toda la vida, pero jamás, en ninguna otra época de subsistencia una persona volverá a tener la pureza y el desinterés con que siendo joven se enfrenta a la vida. A esa edad descubrí mi verdadero destino”.
Con información de Radio Rebelde y Radio Enciclopedia.