Por Glenda Arcia (Prensa Latina)
La Habana, 25 may- En la calle Línea, del Vedado habanero, se escuchan las canciones de Silvio Rodríguez y detrás de los cristales de la casona blanca, los bailarines de Acosta Danza ensayan su próximo estreno.
Fundada hace poco menos de dos años, la compañía, aunque joven e innovadora, vuelve a las raíces, mezcla clasicismo con contemporaneidad y va en busca de un bailarín completo, de un instrumento casi perfecto para el arte de las zapatillas.
A petición de su director, Carlos Acosta, llegó a la capital cubana el español Goyo Montero para montar Imponderable, una obra que, según sus palabras, pretende acercarse al alma de una nación.
Durante los encuentros, los pasos surgen al ritmo de la Fábula de los tres hermanos, de Silvio, no impuestos por el coreógrafo, sino con la espontaneidad del trabajo conjunto y el aprovechamiento de la capacidad y peculiaridades de cada integrante.
El director del Ballet de Nuremberg precisa a Prensa Latina que la pieza fue concebida a partir de temas del trovador cubano y está pensada para cuatro mujeres y cinco hombres.
Se trata de una obra hecha a medida para este grupo danzario y tiene en cuenta su diversidad. Escogimos ese título porque queríamos hablar de algo que no se puede medir, ni pesar, que no es de este mundo, indicó.
Carlos me pidió algo que tuviera alguna conexión con su país, con el alma cubana, y le propuse crear a partir de canciones de Silvio y adaptaciones del compositor alemán Owen Belton. Quería mantener la esencia de esta nación, pero al mismo tiempo otorgarle un sentido universal, explicó. Graduado de la Escuela Nacional de Ballet de Cuba, Montero ha coincidido con Acosta en varias ocasiones y creó la pieza Alrededor no hay nada, para el debut de la agrupación en 2016.
Los bailarines cubanos son super versátiles – comenta –, tienen una gran capacidad para adaptarse a distintos estilos, muchos deseos de aprender y un ritmo interior fuerte. Para un coreógrafo, resultan muy interesantes.
Esta compañía es única en Cuba, pues une la tradición y las nuevas tendencias. Carlos quiere un repertorio propio e invita a creadores de otros países, lo cual permite que los artistas jóvenes conozcan un abanico muy amplio de estilos y las personas vean lo que sucede hoy en el mundo en esta materia, dijo.
Montero confesó que es un placer regresar a la nación caribeña y aseguró que el cubano es uno de los mejores públicos.
En este país la danza es como el fútbol en España. Todos conocen las piezas clásicas y tienen sus favoritas. Es algo único, que no sucede en Europa ni en Estados Unidos, donde el arte tiene un sentido elitista, aseveró.
Tras el estreno en septiembre de Imponderable en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, la obra llegará al Reino Unido, como parte de un repertorio que va creciendo a medida que se fortalece y desarrolla la compañía.
Según el manager general, Luis Carlos Benvenuto, pese a tener solo año y medio de creada, Acosta Danza ha logrado que sus integrantes dominen los estilos clásico y contemporáneo, sin importar su formación previa.
Hemos trabajado con Montero, con el estadounidense Justin Peck y otras figuras importantes. Estamos preparando varias piezas y vamos encontrando un camino y un lenguaje nuevo y propio. Incorporamos varios géneros musicales como el jazz y el hip hop y apostamos por todo aquello que permita formar bailarines con los que soñaría cualquier coreógrafo, explicó.
La característica principal de la agrupaciónes es la mixtura de estilos, lo cual forma parte de la idea de Carlos de dar muchas herramientas, de crear un artista integral, añadió.
Precisamente, ese propósito fue lo que atrajo y conquistó a Esnel Ramos, de 24 años, antes miembro del Ballet Nacional de Cuba.
Quería experimentar otras cosas y vi en Acosta Danza la mejor oportunidad para ello. Aquí estoy más cerca de cumplir mis expectativas. En estos momentos puedo sentir y desarrollar más el ballet. Es el lugar idóneo para mí, asegura.
De acuerdo con el joven, el giro hacia lo contemporáneo suele ser un poco complicado cuando se viene de otras escuelas.
Cuando algo es nuevo cuesta mucho, pero se puede. Además, en los últimos tiempos nos hemos unido, hay una mayor fusión y se ve en los resultados. El desarrollo del grupo ha sido muy rápido, pero gracias a las ganas y las habilidades de mis compañeros, todo va bien, comenta.
Por su parte, la profesora Clotilde Peón afirma que lograr una técnica mixta es una meta que se está alcanzando.
Pretendemos que los muchachos dominen por igual las dos disciplinas y creo que lo estamos consiguiendo. La agrupación es joven, pero ha tenido una evolución rápida con un resultado evidente. Es una labor muy difícil, pero por difícil más gusto nos da, confiesa.
Cuando estás en la función y los ves bailar, es cuando te das cuenta de que valió la pena, que el sueño se está cumpliendo y que contamos con bailarines integrales, con mucha pasión y muy preparados. Enseñarles es un placer, un gusto, señala.
Según Peón, tener a profesionales de distinta formación enriquece el trabajo y permite intercambiar experiencias, mezclar formas de ensayar y conocer nuevos modos de ver el movimiento.
Todos los días aprendo con ellos. Esta compañía quiere llegar muy lejos y, si seguimos así, algún día se hablará mucho de Acosta Danza. El público cubano, educado y conocedor, ha sido bastante receptivo y eso es un indicador de que vamos bien, apunta.
Aun cuando se encuentra en su etapa inicial, el conjunto se define como un espacio de renovación, búsqueda y experimentación y se presenta como defensor de la cultura cubana.
Con propuestas originales y desafiantes, atrae a los seguidores de la danza y espera continuar sorprendiendo con sus funciones en casa y en escenarios extranjeros.
Acosta Danza: la innovación como meta de una compañía que crece
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