P.del Río, 6 jul- El hotel Vueltabajo, radicado en la ciudad de Pinar del Río, rememora con orgullo la estancia del cubano José Raúl Capablanca, uno de los más grandes exponentes del juego ciencia y conocido internacionalmente como ''el Mozart del ajedrez''.
Aunque sin precisar la fecha exacta de la permanencia del trebejista en la instalación, perteneciente en la actualidad a la cadena de turismo Islazul, su directora Leonides Linares, da veracidad del hecho.
Los registros históricos así lo confirman, señala, para agregar que el Vueltabajo acogió además a la Premio Cervantes de Literatura, Dulce María Loynaz y a su esposo Pablo Álvarez, durante la luna de miel.
Son hechos que realzan nuestro patrimonio, enriquecido también con la presencia de grandes de la plástica cubana como Pedro Pablo Oliva y Arturo Montoto, apunta la directora.
Construido como fonda o posada de tránsito en los inicios del siglo XIX, época en la que era conocido como El Capricho, el sitio cambió constantemente de propietarios y en 1875 fue adquirido por Ricardo Fernández.
El dueño, cocinero de profesión, lo bautizó hotel Ricardo, nombre que conservó hasta 1959 cuando pasó a llamarse Pinar del Río y, finalmente, Vueltabajo, como también se identifica a esta región del occidente cubano.
La instalación es hoy insignia de la ruta del tabaco, producto turístico que despierta la atención del visitante foráneo a Pinar del Río, interesado en conocer los más íntimos secretos de la planta, cuyas hojas son convertidas en afamados puros.
Sus áreas están ambientadas con obras de pintores y fotógrafos locales de renombre que dejan ver la pasión del sitio por la hoja, que deleitara a vegueros de prestigio como el legendario Alejandro Robaina, único en vida que nombrara una marca de habanos.
El Vueltabajo dispuso sus habitaciones, de elevado confort, a favor del equipo de prensa que posibilitó el 21 de agosto de 2005 la transmisión del programa televisivo Aló Presidente, transmitido desde la localidad de Sandino, en el extremo occidental de la isla, por los entonces presidentes de Cuba, Fidel Castro, y de Venezuela, Hugo Chávez.
Categorizado con tres estrellas, el hotel, de estilo clásico, toma posición en el mercado de la industria sin humo para devenir receptor de asiduos visitantes de Alemania y Estados Unidos y obsequiar la afabilidad del pinareño y la exquisitez de la culinaria criolla.