Cuba: Secretos bien guardados bajo dulces aguas

Editado por Maria Calvo
2017-07-18 13:10:45

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por Mayra Pardillo Gómez

Los historiadores locales, entre ellos Rafael Félix Pérez Luna y Segundo Marín, coinciden en ubicar el primer asentamiento de la villa de Sancti Spíritus -fundada en 1514- en Pueblo Viejo, entre los cacicazgos de Ornofay y Magón.

Un reciente hallazgo arqueológico confirmó la presencia en la margen izquierda del río Yayabo, donde este desemboca en la presa Zaza -la mayor del país-, de un asentamiento con evidencias aborígenes y europeas del siglo XVI, que una prolongada sequía permitió sacar a la luz.

Orlando Álvarez de la Paz, jefe del Gabinete de Arqueología 'Manuel Romero Falco', comenta en entrevista exclusiva con Prensa Latina que en 2009 le propusieron a la Dirección Provincial de Patrimonio proseguir los trabajos relacionados con Pueblo Viejo.

Hasta esa fecha no se había identificado ese lugar como sitio fundacional de la villa, la cuarta de las siete primeras asentadas por los conquistadores españoles en la isla.

Dicho gabinete pertenece a la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos adscrita al Centro Provincial de Patrimonio Cultural de Sancti Spíritus.

Antecedentes del hallazgo

Ya se habían impulsado labores como la primera investigación científica realizada por Javier Sanzo acerca de Pueblo Viejo.

Tuvimos conocimiento de esa investigación porque él había participado en la Jornada Científica del Grupo Espeleológico Caonao, donde se expusieron los resultados de esos trabajos, además en los archivos del grupo se conservaba dicho estudio, detalla Álvarez.

'Vamos a Pueblo Viejo en febrero de 2009 y hacemos una primera campaña de excavaciones y exploraciones y desarrollamos el I Taller de Arqueología Aborigen y Colonial, bajo el nombre de Asentamiento fundacional de la villa de Sancti Spíritus', precisa.

'Los resultados no nos decían todavía que ese fuera el sitio fundacional, aunque habían antecedentes de las exploraciones o hallazgos arqueológicos en la cuenca de inundación de la presa Zaza hechos por el grupo Samá, de la Sociedad Espeleológica de Cuba', añade.

Resaltaba por su importancia el sitio de Rivero, identificado así en la década de los 80 del siglo pasado por el antropólogo Manuel Rivero de la Calle, con evidencias aborígenes de grupos ceramistas-agricultores.

Este pudo ser un punto de partida donde probablemente se encontraron evidencias para conocer el contacto entre aborígenes y españoles, destaca.

Milagros de la sequía

Álvarez explica que 'decidimos hacer en 2009 una campaña de exploración que abarcó casi todas las fuentes fluviales que inundan la presa Zaza, coincidiendo con un descenso de los niveles de agua que la puso al 17 por ciento de su capacidad, como consecuencia de una intensa sequía'.

En esa oportunidad identificamos más de 170 sitios o estaciones arqueológicas, entre aborígenes, coloniales y multicomponentes, estas últimas referidas a lugares donde aparecen mezcladas evidencias de diferentes momentos ocupacionales, puntualiza.

Entre ellas, incluyendo a Pueblo Viejo, alrededor de nueve puntos con materiales del siglo XVI.

En 2017 vuelven a darse las condiciones desde el punto de vista climatológico con la presa Zaza, ahora al 11 por ciento de llenado, y se decide continuar las exploraciones allí, así como desarrollar el VII Taller de Arqueología Aborigen y Colonial.

El objetivo central del taller era determinar la localización del sitio de Gilberto, que no se pudo identificar ni en 2009 ni en 2010.

Asimismo, explorar ambas márgenes del río Zaza desde el puente sobre la Carretera Central hasta el puente de hierro que queda sumergido en la presa.

'Aproximadamente hay más de 12 kilómetros y 700 metros de distancia a explorar, para identificar en él nuevos sitios arqueológicos', apunta.

Hasta la fecha se desarrollaron siete campañas de exploración, desde el 30 de abril del actual año hasta ahora, y se identificaron más de 60 sitios arqueológicos, que sumados con los hallados en 2009 y 2010 se elevan a más de 230 asentamientos, subraya.

Pasado al descubierto

Los materiales encontrados van desde la etapa aborigen, como la piedra tallada, que 'en esencia consistía en guijarros o cantos rodados que se recogían en los lechos o areneros de ríos y arroyos de diferentes variedades de silex'.

'Los percutores de piedra eran lasqueados y esas lascas utilizadas para la elaboración de distintos tipos de herramientas con varios fines', recalca Álvarez.

También algunas piezas de piedra en volumen (lajas moledoras y majadores usados para triturar y desmenuzar materias primas o alimentos).

Luego advierte que es 'significativa la evidencia de lugares con vestigios de piedra tallada laminar, propia de las comunidades paleolíticas que tienen una antigüedad en Cuba de más de seis mil años'.

Se encontraron además sitios coloniales donde aparecen diferentes fragmentos de lozas o vajillas, es decir de tazas, platos, fuentes y cristalería (picos, fondos de diversos recipientes de cristal de la época, del siglo XVI al XIX) y cerámica ordinaria (barro).

Hallaron fondos, bordes, asas y cuerpos de vasijas hechas de barro con vidriado interior, fragmentos de botijuelas de estilo medio y tardío, elementos de metal (clavos, machetes, herraduras y frenos de caballo), canecas y en algunos casos restos de huesos de animales que se consumieron.

Sobresalen por su relevancia las tres estaciones multicomponentes con evidencias del siglo XVI y aborigen reportadas el 2 de junio de 2017 en la margen izquierda de la desembocadura del río Yayabo, en el Zaza.

'Todos esos materiales que forman parte del proyecto pasan a engrosar las colecciones del Gabinete de Arqueología', resalta.

La investigación continuará si las condiciones de llenado de la presa lo permiten, adelanta.

Más adelante amplía que de hecho en la expedición efectuada entre el 30 de junio y el 4 de julio se encontraron en la margen derecha del arroyo Jubainucú tres nuevos sitios (aborigen y colonial).

Igualmente se pudieron 'localizar las ruinas del ingenio perteneciente al coronel Victoriano Iribarren, en un excelente estado de conservación, donde se hallaron dos cachimbas de barro'.

El grupo de trabajo lo integra la citada oficina y participan el grupo Samá y arqueólogos aficionados del territorio.

Como parte de la difusión del taller, entre los días 4 y 6 de julio se efectuó el curso de arqueología de verano, cuyo objetivo fundamental fue brindar los resultados preliminares de las exploraciones.

Los asistentes visitaron la cuenca de inundación -específicamente un tramo del río Yayabo-, donde tuvieron la oportunidad de identificar en el terreno los sitios arqueológicos.

Además, se inauguró una exposición con algunas de las evidencias arqueológicas colectadas, que está abierta al público en el Centro de Interpretación de la ciudad (maqueta).

Sin dudas, este hallazgo arqueológico localizado en una zona que habitualmente permanece bajo las aguas del embalse, fue un regalo para la villa del Espíritu Santo en su 503 aniversario, que fue conmemorado el pasado 4 de junio.
 

(PL)



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