por Neisa Mesa del Toro
La piña o ananás es una deliciosa fruta que tiene su reinado en la central provincia de Ciego de Ávila, donde existen grandes extensiones de suelos ferralíticos rojos cubiertos de la espinosa planta.
Desde hace más de 100 años los agricultores avileños cultivan la llamada Reina de las Frutas, por eso constituye un símbolo que identifica a la provincia, acreditada en Cuba como la tierra de la piña.
Dicho fruto llegó a suelo avileño a finales de 1930 del pasado siglo, y en 1967 se creó una empresa estatal para atender la siembra, las atenciones culturales y la cosecha, pues su cultivo se extendió por todo el territorio.
Hasta la década de 1990 esas labores se realizaban de forma manual, a pesar de ser una labranza muy difícil por lo espinoso de las plantas y realizarse completamente al sol.
En aquel momento predominaban las variedades Española Roja y Cayena Lisa, la más productiva, de las cuales en 1991 la provincia logró la mayor producción, al superar las 30 200 toneladas cosechadas.
Un tiempo después la historia fue otra. La empresa sufrió las consecuencias de las dificultades económicas del país y decreció la producción, a tal punto que solo se alcanzó el cinco por ciento de aquel volumen.
Ciego de Ávila tiene todo un historial en la producción de piña, con altas y bajas en sus planes de cosecha, aunque en estos momentos se ha estabilizado dada la introducción de moderna tecnología.
Un cambió en el sistema de siembra, la introducción de equipos de riego y una mejor dosificación de los fertilizantes y medios biológicos contra las plagas y enfermedades, permitieron que aumentaran los planes productivos.
La comercialización del producto en los principales polos turístico de Cuba, como Jardines del Rey, Varadero y Ciudad de La Habana, entre otros, motivó un aumento de los ingresos destinados a los programas de desarrollo.
Actualmente existen extensas áreas cubiertas de las variedades Española Roja y de la MD2, variedad que sólo se fomenta en la provincia avileña.
La MD-2 es un híbrido procedente de Costa Rica, fue introducida en el territorio en el año 2012 y da un fruto mucho más dulce y jugoso, de mayor tamaño y con mejor presencia.
Hoy ese tipo de ananás mantiene mucha demanda en el mercado europeo, principalmente en España, Italia y Francia, a donde se exporta el fruto que se cultiva en suelo avileño desde hace varios años.
Según Reinaldo de Ávila, director de la unidad productora en la provincia, la MD2 avileña es acogida por tener 15 grados brix y entre 0.7 y 0.8 de acidez, lo que la convierte en una fruta de excelencia.
Los agricultores locales están comprometidos a llegar al 2020 con unas dos mil hectáreas de la nueva variedad, mientras que continúan el fomento de la Española Roja, por ser más resistente al cambio climático y requerir menos insumos.
Agregó que el cultivo de la piña requiere cuidados especiales, desde la preparación de los suelos y las atenciones culturales a las plantas, hasta la cosecha, por lo que cuentan con la asesoría de técnicos panameños, expertos en ese tipo de labranza.
En estos momentos la fruta fresca alcanza gran demanda de la población en los mercados agrícolas ubicados a lo largo del país, mientras que los turistas extranjeros la pueden consumir en todos los hoteles de la Isla.
Ciego de Ávila también elabora la piña en conserva, en forma de jugos, néctares, rodajas y segmentos en almíbar, destinados a la industria, el turismo y los mercados locales.
(PL)