Por Roberto F. Campos
La Habana, a un año exacto de cumplir sus 500 años (16 de noviembre de 2019) constituye hoy mosaico interesante de curiosidades, detalles históricos y escenarios propicios para fotografiar, como sus cañones.
La Habana constituye un atractivo perenne para el viajero observador, cuando los rincones con sus coloridos engarces, la muestra de una arquitectura colonial bien conservada y la amabilidad de los lugareños componen una guirnalda de atractivos.
Algunos historiadores en sus memorias dan cuenta de datos curiosos como la lista que en su momento tenían las fortalezas del Morro y La Punta, baluartes contra los ataques de piratas en lejanos momentos.
Para el 14 de agosto de 1762, cuando ocurrió la toma de La Habana por los ingleses, estos encontraron en esas dos fortalezas mencionadas 104 cañones.
Además, registraron nueve morteros de bronce, 250 cañones, dos morteros de hierro de varios calibres, cuatro mil 157 fusiles, 460 bombas vacías, balas de cañón, 30 quintales de balas de fusil y 125 mil cartuchos.
La lista era mucho más larga con 16 mil 401 balas de cañón, 500 granadas de mano y 533 quintales de pólvora (Memorias militares inglesas/Beatson´s Naval and Military memoirs).
Pero estas piezas tienen un atractivo superior si tenemos en cuenta que para algunos analistas el cañón más grande del mundo se encuentra en el Hotel Nacional de Cuba, bautizado como el Ordoñez.
Allí estaba (se puede apreciar parte hoy) la Batería de Santa Clara, integrada al tercer y último sistema defensivo de la ciudad de la Habana. Entre 1895 y 1898 se situaron allí los cañones Krupp y Ordóñez, este último inspirado en la pieza naval francesa de 1870.
Su constructor fue Salvador Ordóñez y se consideraba el cañón más grande existente para su época, su calibre era 30,5 centímetros, tenía 10 metros de longitud y 48 mil 300 kilogramos de peso.
En junio de 1898 durante el bloqueo naval a la Habana, efectuado en el transcurso de la guerra hispano-cubano-norteamericana, el Ordóñez disparó al crucero norteamericano Montgomery, y allí lo recuerda una tarja que pueden retratar los turistas.
Incluso, en materia de artillería para la isla, se menciona hasta un cañón de tiritas de cuero empleado por los mambises en la Guerra de Independencia contra el colonialismo español.
Al margen de historias, leyendas, y curiosidades, los peregrinos tanto cubanos como extranjeros pueden en la actualidad tomarse fotos junto a una amplia variedad de cañones de otras épocas conservados en La Habana, la ciudad que mañana cumple 499 años. (Tomado de PL)