Por Bárbara Vasallo
Los espacios abiertos siempre con vistas al mar distinguen al nuevo hotel Meliá Internacional de Varadero, así como también su arquitectura que recrea elementos del antológico homónimo inaugurado en el año 1950 del siglo XX en Cuba.
De majestuoso lo catalogan muchos expertos, pues la instalación, propiedad del Grupo Gran Caribe y operado por la cadena Meliá Hotels Internacional, constituye uno de los hospedajes más innovadores explotados por esa compañía en la mayor isla de las Antillas.
Puesto en marcha de manera escalonada (abrió sus puertas el 13 de febrero último), una vez concluido contará con 946 habitaciones, ubicado en el mejor segmento de playa de la Península de Hicacos, recientemente reconocida como la segunda mejor del mundo por TripAdvisor, el mayor sitio de viajeros del planeta.
Al decir de Aimé Álvarez Abat, directora de la unidad inversionista de la Empresa Inmobiliaria del Turismo, al frente por primera vez en la construcción de una obra de esta envergadura, el alojamiento se distinguirá del resto en el polo turístico porque se encuentra solo a 10 kilómetros del centro histórico de la ciudad balneario, y contará con un Centro de Convenciones de alta tecnología en formato de teatro y para banquetes.
Una de las novedades del hotel Meliá Internacional es la zona de spa con la piscina de corte infinito (la que produce un efecto visual o ilusión óptica como si el agua se extiende hacia el horizonte o desaparece), situada en piso 12, en el edificio más alto de la construcción, y otras seis piscinas para el resto de los clientes del establecimiento.
Además, posee 15 restaurantes, entre especializados y bufet que le confieren a la planta baja de la instalación casi la categoría de boulevard gastronómico, por la variedad de comidas y bebidas que se ofrecen, incluyendo los 16 bares.
La arquitecta resalta que es una construcción sostenible por el uso del agua, energía, recursos materiales, gestión, ventilación de los locales y otros indicadores de organización de la obra, valores que lo hacen emblemático en el mayor polo de sol y playa de Cuba.
Amado Acosta, sub-director general, aseguró que dentro de los grandes retos que tiene por delante el nuevo inmueble, en primer lugar se trata de garantizar la excelencia en los servicios, amabilidad, buen gusto, reflejar la cultura cubana y defender los atributos naturales.
Cuando el viajero se acerca a la zona donde se levanta la imponente construcción, el arco de siempre anuncia que ese es el hotel Meliá Internacional, el que conserva valores patrimoniales del otrora edificio.
Según Aymé, apasionada y persistente en concluirlo absolutamente todo antes del mes de junio entrante, fecha para lo cual se pactó originalmente la terminación, el hotel “por su arquitectura y el criterio general, impresiona porque parece que lo estás volviendo a ver, solo que mucho más grande…” (Tomado de la ACN)