Por: Guadalupe Yaujar Díaz
La Habana, 20 abr (RHC) La Cartacuba o Pedorrera (Todus multicolor) es una de las más atractivas, hermosas y carismáticas aves endémicas de Cuba. Habita en todas las provincias, generalmente en áreas boscosas, y en barrancos y farallones.
Esta pequeña especie está considerada una de las tres "joyas de la ornitología cubana", junto al Tocororo y al Zunzuncito, incluidos en esta serie.
En el Caribe insular existe una especie similar pero esta se diferencia por sus manchas azules a ambos lados de la parte superior y lateral del cuello.
La Cartacuba es un pájaro pequeño, como una gema del bosque, que usualmente se encuentra en pares. Tiene el cuerpo rechoncho y de pequeño tamaño con la cola corta, mide 106 mm. No tiene bien definido el cuello, solo supera en tamaño a los zunzunes.
El pico es largo y aplastado, la parte superior es carmelitosa y la inferior rojiza-anaranjada. Las patas son de este mismo color, el iris del ojo blanco. Se reproduce de marzo a abril.
Curiosamente esta ave no puede vivir en jaulas, esto debido a que su alimentación es fundamental y estrictamente insectívora y cuando se le encierra, muere.
En la mayoría de los hábitats cubanos existen especies o subespecies endémicas, hay regiones que se destacan por el alto porcentaje de endemismo y la presencia de endémicos locales.
Es una de las especies más preciosas de la avifauna cubana y tiene la particularidad de construir túneles de unos 250 mm de profundidad de acuerdo con su tamaño en los barrancos de la tierra arcillosa y al final, en una cámara más amplia, deposita de 3 a 4 huevos blancos. También aprovecha huecos de troncos podridos para nidificar. En el lugar donde construye el nido, generalmente abre varias cavidades y se ha podido observar que antes de entrar al nido el ave se asegura de que no haya ningún intruso cerca, con el objetivo de proteger sus huevos y pichones. La incubación varía entre 11 y 13 días en la que participan ambos.
Su canto o reclamo es un ”to-to-to”, sonido que le ha conferido el nombre científico de Todus al género, y de Todidae a la familia a que corresponde, el mismo delata su presencia. El sonido que emite con las alas, lo emite a voluntad, quizás para espantar a los insectos que se hallen cerca y así poder capturarlos.
Aunque su aleteo produce un sonido peculiar y bullicioso, por su pequeño tamaño, está impedida de volar largas distancias, y son tan exquisitas, que antes de entrar a su nido comprueban que no hayan extraños en sus alrededores, pues son muy celosas de sus huevos y de sus pichones.
En Cuba, existen más de 300 especies de aves registradas, y de ellas 26 son endémicas, lo que significa que son especímenes que solo habitan en el territorio nacional y que no se encuentran fuera del archipiélago.
De ahí la forma especial de la protección y manejo de los ecosistemas de estas regiones, en busca de la convivencia armónica con la naturaleza y la preservación de estos patrimonios nacionales que enorgullecen a los cubanos.