Burro Perico
Perico nació en 1914, junto a su dueño, Bienvenido Pérez (Lea), recorria las calles de los distintos barrios de la Santa Clara de los años 40 del pasado siglo tirando de un carretón recogiendo botellas, trabajo con el que su propietario sustentaba a la familia, a cambio recibió siempre de ella, amor, afecto, cariño y cuidado.
Burro Perico visitaba las casas
El respetado animalito, visitaba determinadas casas; con los cascos, el hocico y los rebuznos avisaba de su presencia llamando a las puertas en busca de pan y de alguna fruta que fuera de su agrado.
Se presentaba donde lo recibían con amor. Si en algún lugar era maltratado por gestos o de palabra, ahí no volvía jamás. Perico, como todo animal noble, era hijo del cariño.
Fue amigo de los niños, por quienes demostraba una deferencia marcada.
Los estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza lo buscaban para que apoyara sus huelgas y sus demandas, y le colgaban letreros o carteles.
En los carnavales de la época, desfilaba todo embadurnado de pintura y en más de una ocasión se prestó para protestar contra la politiquería y los políticos de turno.
Burro Perico trabajando
Al finalizar el dia, Perico regresaba al hogar, donde siempre encontraba un abrigo seguro para su viejo cuerpo.
Así pasó el tiempo, hasta, cuando la población de la ciudad quedó conmocionada por la noticia de su muerte.
El día de su fallecimiento el 27 de febrero de 1947, el pueblo acudió al entierro, los niños llevaban flores para ofrendárselas.
Cuentan que su sepelio fue reseñado por la prensa y la radio nacionales, y, según la leyenda popular, hasta en el periódico norteamericano The New York Times se habló del suceso.
Escultura dedicada al Burro Perico
Las historias de Perico pasan de niño a niño en Cuba, de abuelos a padres y de estos a sus hijos.
El infatigable andador de las adoquinadas calles de Santa Clara, continuará paseando su asnal filosofía en la imaginación de los niños, en la memoria de quienes lo conocieron y entre los recuerdos bellos de esta ciudad.
Santa Clara perdió a uno de sus personajes más populares. A el los artistas cubanos han dedicado canciones, narraciones y la escultura metálica, siempre con alguien a su alrededor, para que Perico esté acompañado como en sus buenos tiempos. (Tomado de Ecured/del Periódico Vanguardia * Ricardo Pérez Artiles)