Plaza del Carmen en Camagüey
Por Malena Álvarez Julín
Si usted está conectado a Internet desde Cuba y con su dispositivo móvil teclea “Plaza del Carmen” en el buscador, probablemente Google no lo remita a un punto geográfico de la ciudad española de Granada, ni a un hotel de lujo en República Dominicana, ni a barrios famosos de Murcia o Valencia.
Es posible que los algoritmos de la web le regalen entre sus resultados un viaje digital a uno de los más hermosos sitios de la antigua Villa de Santa María del Puerto del Príncipe.
Como una “joya escondida”, un “lugar tranquilo donde se respira paz”, una “cautivadora plaza empedrada” la describen algunos portales digitales que publican reseñas relacionadas con viajes, como Tripadvisor, Visitar Cuba y Cubatechtravel, porque en sus listas de atractivos del Centro Histórico de Camagüey -lo mismo para lugareños que para extranjeros- la Plaza del Carmen ha de estar entre los primeros.
Pero lo que no resumen esas recomendadas guías para turistas es la calidez de la gente que habita en las casas del entorno, la alegría de los niños que corren por las tardes sobre los adoquines, las conversaciones de los amantes que juegan a ser los enamorados de las bronceadas esculturas de tamaño natural creadas por la artista Martha Jiménez, y emplazadas allí para dar vida a un espacio totalmente abierto y acogedor.
La pareja de novios, las tres chismosas, el vendedor de agua y el lector de periódico representan personajes de la realidad citadina de la época colonial, y en ellos la ceramista recreó rasgos y gestos, a partir de su interés porque “el espectador se sienta parte de la obra”, como declaró ella en una entrevista al programa Luces y sombras, de Habana Radio.
Por eso, la galería-taller de Martha, no podía situarse en otro sitio de la urbe más que en la bellísima Plaza del Carmen, como tampoco sobra en ese lugar la única iglesia de dos torres de esta urbe patrimonial--conocida también como Ciudad de las Iglesias-, con su fachada perfectamente simétrica, su arco mixtilíneo en la entrada principal y el peso del tiempo transcurrido hasta hoy desde su construcción en el siglo XIX.
Casa estudio taller de Martha Jiménez
Esa edificación, entre las representativas de la amplia arquitectura religiosa del oriental territorio, pertenece al conjunto integrado, además, por la actual escuela Marta Abreu, que antes fue un hospital para mujeres, y por el otrora Monasterio de las Ursulinas, donde comenzó la institucionalización de la enseñanza femenina en la región y hoy radica, en su primer claustro, la sede de la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey; y en el segundo, la filial de la Universidad de las Artes.
Ciudad de Camagüey
Al respecto, el reconocido investigador Marcos Tamames Henderson apunta en un artículo publicado en Cubarte que: “Iglesia y convento, junto al Hospital de Mujeres, definieron uno de los conjuntos más hermosos del período colonial en la ciudad, de ahí su inclusión dentro del área declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 2008”.
Tinajones en Camagüey
Para otorgar esa condición los camagüeyanos exhiben esta, y otras plazas y lugares, con gran orgullo desde hace más de una década, cuando la Unesco destacó a la principal localidad de los Tinajones como ejemplo excepcional de un conjunto arquitectónico que ilustra un período histórico significativo, donde su trazado urbano irregular, los edificios religiosos y la arquitectura monumental y doméstica permiten apreciar la evolución de la villa, y mantienen un grado de conservación impecable. (Fuente: ACN)