Casa Natal de José Martí: un museo antiguo que regala tesoros

Edited by Martha Ríos
2017-01-27 16:19:04

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Fachada de la instalación ubicada en la calle Leonor Pérez, en La Habana Vieja. Foto: Archivo

El Museo Casa Natal José Martí, considerado el más antiguo de La Habana, resguarda celosamente bienes patrimoniales de inestimable valor de quien es considerado hoy el más trascendental pensador político hispanoamericano del siglo XIX.

Inaugurado el 28 de enero de 1925, es en la actualidad Monumento Nacional de Cuba y atesora la colección más importante que existe en el mundo relacionada con la vida y obra del Héroe Nacional cubano.

En ese inmueble nació Martí hace 164 años, y se exponen allí manuscritos, documentos y pertenencias relacionadas con el mártir y su intensa lucha por la independencia de su país frente al colonialismo español, afirmó a Prensa Latina Dioelis Delgado, directora del Museo.

Dicha edificación fue construida a principios del siglo XIX y todavía mantiene los elementos típicos de las viviendas populares de la época: paredes de argamasa y techo de tejas.

No obstante, ha sobrevivido por más de nueve décadas al inclemente paso del tiempo y a la recia humedad que caracteriza al clima tropical de Cuba, protegida, al parecer, por el misterioso halo que envuelve la figura de su inspirador, argumentó la especialista.

Además, permaneció en el anonimato por mucho tiempo, puesto que la familia Martí se mudó tres años después del nacimiento del primogénito y, por tanto, la edificación pasó a ser de diversos propietarios españoles y congregaciones religiosas, explicó.

Por suerte, precisó la especialista, legitimaron su existencia la madre de Martí, Leonor Pérez, luchadores que compartieron con él en la guerra de independencia y otros que lo conocieron durante su estancia en Estados Unidos.

Luego, en 1899, un grupo de emigrados cubanos radicados en Cayo Hueso, Estados Unidos, colocó una tarja en su fachada, tras protagonizar una marcha patriótica el 28 de enero de ese año que se conoció como el desfile de las flores y las banderas, contó Delgado.

"En la peregrinación, la primera que se conoce en homenaje al héroe cubano, participaron sus compatriotas Juan Gualberto Gómez, Fermín Valdés Domínguez, Enrique Loynaz del Castillo, importantes figuras de la etapa independentista de la isla, además de la madre y otros familiares."  

Posteriormente, en 1900 la Asociación de Señoras y Caballeros por Martí la compró y se la entregó a Leonor, en un esfuerzo por preservar el legado del héroe nacional cubano", explicó la especialista.

Génesis y continuidad de un símbolo  

Desde que se fundó hasta el triunfo de la Revolución, el primero de enero de 1959, el museo funcionó sin apoyo oficial, solo se mantuvo con el estoico apoyo de un grupo de cubanos identificados con el pensamiento martiano, comentó.

De acuerdo con la historiadora, su materialización cristalizó en 1925, gracias a su primer director, Arturo de Carricarte, un  periodista reconocido de la época, quién fundó la logia masónica Habana para recaudar recursos.

"Junto a varios colaboradores, Carricarte emprendió una batalla pública con el fin de restaurar la edificación, así como de recopilar y conservar los objetos y documentos del Apóstol.", dijo.

En 1953, fecha del centenario de Martí, el museo fue sometido a una reparación total, por la exigencia al gobierno que hicieron seguidores del pensamiento martiano, pero pronto volvió caer en el olvido, reseñó.

Sentenció que para el privilegio de los cubanos, el triunfo de la Revolución  liderada por Fidel Castro favoreció el destino de la institución, pues a partir de ese momento se dispuso su preservación y extender su labor social y comunitaria.

El pensamiento martiano guió a Fidel y sus compañeros para lograr la epopeya del primero de enero de 1959, opinó.

Actualmente, atraídos por la impronta del Héroe Nacional cubano, más de 80 mil personas visitan anualmente la humilde morada que irradia a todos los rincones de Cuba el conocimiento y las ideas de este hombre de proyección universal.

Mediante programas culturales y educativos diversos, el museo extiende su labor a todo el país, incluso las zonas más intrincadas de  la geografía cubana, indicó la directora de la popularmente conocida Casita de Martí.

Nuestra acción va dirigida a personas de todos los grupos etarios, pero principalmente a los niños, porque sabemos del interés del Apóstol por la educación y la cultura de quienes consideró la esperanza para un mundo mejor, reafirmó.

(Tomado de PL)



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