Nuevo frente o cortina de humo de Trump?

Edited by Maite González Martínez
2017-10-11 09:26:00

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Imagen tomada de Fox News.

Por: Guillermo Alvarado

Especialista en crear polémica y generar problemas en los sitios más insospechados, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se abrió un frente interno en un sector que por lo general permanece ajeno a la política, como lo es el deporte y en este caso concreto la poderosa Liga Nacional de Futbol, la NFL por sus siglas en inglés, y aclaramos que se trata del llamado fútbol americano y no del balompié.

Realmente lo que hizo el jefe de la Casa Blanca fue resucitar un tema que ya se había enfriado hace tiempo, la protesta realizada por el jugador Colin Kaepernick, quien cuando aún gobernaba Barack Obama decidió permanecer en el banquillo mientras se entonaba el himno nacional de Estados Unidos en rechazo a la represión y los abusos policiales contra la población negra y otras minorías.

En un segundo momento Kaepernick, acompañado por su colega Eric Reid, entró al campo mientras resonaba el canto patrio, pero en lugar de permanecer de pie o entonarlo decidieron arrodillarse.

Hasta aquí se trataba de actos más o menos aislados, pero el presidente Trump decidió arremeter contra ellos, los acusó de antipatriotas e incluso los insultó con palabras soeces y reclamó a los dueños de los equipos que despidan a quienes protesten de esa manera.

El remedio, como le suele ocurrir al jefe de Estado norteamericano, fue peor que la enfermedad y el gesto de arrodillarse mientras se interpretaba el himno nacional se hizo común, con jugadores blancos incluidos y hasta algunos propietarios.

Para que se comprenda el tema, el fútbol americano figura entre los deportes que más pasiones despierta en esa nación y la NFL es una institución poderosa que mueve miles de millones de dólares cada año. El 70 por ciento de los jugadores son negros, pero todos los dueños de los equipos son blancos, la mayoría muy conservadores y muchos se consideran amigos personales de Trump.

Excepto algunos propietarios, los demás se unieron a la protesta, o por lo menos hicieron de la vista gorda con sus jugadores, contrario a lo que les exigía el mandatario, lo que no es extraño en un país donde el deporte es un negocio jugoso y el dinero para quienes lo manejan no tiene bandera política. El tema para ellos es mantener llenos los estadios y lo están logrando.

Uno de los últimos episodios en esta extraña polémica ocurrió justamente cuando se iniciaba un partido entre un equipo de San Francisco y otro de Indianapolis. Allí ante la presencia del vicepresidente Michael Pence una docena de futbolistas se arrodillaron y el alto funcionario debió abandonar el estadio.

Debemos señalar que la Casa Blanca y los medios de comunicación han logrado desviar el debate y cada vez se habla menos del origen del problema, es decir de los abusos policiales contra las minorías étnicas y el racismo implícito en esa sociedad, y se discute más sobre si hay o no una falta de respeto hacia los símbolos patrios.

No faltan quienes afirman que todo esto es una gigantesca cortina de humo para ocultar los desaciertos de Trump en política exterior, que por cierto son muchos y muy preocupantes. Usted, ¿Qué opina?



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