Por: Pedro Martínez Pírez
Las más recientes medidas de la administración de Donald Trump que impiden el arribo a Cuba de cruceros y de todo tipo de embarcaciones procedentes de los Estados Unidos, refuerzan aún más las duras restricciones que ya sufren los ciudadanos estadounidenses para viajar a la nación caribeña.
Según los datos aportados por las cuatro empresas que operaban viajes de Cruceros a los puertos cubanos, serán ochocientos mil los viajeros que procedentes de la nación norteña no podrán viajar a la isla por esos medios, algo que prueba que el bloqueo afecta también a los ciudadanos norteamericanos.
El Ejecutivo cubano denunció que esta nueva escalada tiene la pretensión de arrancarle concesiones políticas a la nación cubana mediante la asfixia de la economía y el daño al nivel de vida de la población.
En este caso las medidas de Washington buscan asimismo impedir que el pueblo de los Estados Unidos conozca la realidad cubana y derrote así el efecto de la propaganda calumniosa que a diario se fabrica contra la mayor isla de las Antillas.
Recuerda la declaración que el pasado año viajaron a Cuba 650 mil estadounidenses así como medio millón de cubanos residentes en los Estados Unidos.
Precisa el gobierno cubano que los daños por las seis décadas de bloqueo ascendió hasta el pasado año a la astronómica cifra de 134 mil millones de dólares, y que las nuevas arremetidas contra pretenden justificarse con nuevos pretextos, el más notorio de ellos, que Cuba interviene militarmente en Venezuela, mentira que ha sido rechazada pública y sostenidamente por el gobierno cubano.
La solidaridad de Cuba con Venezuela no es negociable, añade la declaración. Los más de veinte mil colaboradores cubanos que de manera voluntaria y abnegada prestan servicios sociales en esa nación, la mayor parte de ellos en el sector de la salud, seguirán allí mientras los acoja el pueblo venezolano.
Los asesores de Donald Trump, entre ellos el ultraconservador John Bolton, en su afán de imponer la Doctrina Monroe en el hemisferio y lograr la reelección del candidato Repúblicano, están subestimando la reacción de los ciudadanos y empresarios de los Estados Unidos, también afectados por una política carente de ética y violatoria de los más elementales principios del derecho internacional.
