Kozak afirma querer bienestar para las familias cubanas, pero las asfixian

Edited by Lorena Viñas Rodríguez
2020-11-17 07:43:19

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Secretario de estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak. Foto: Archivo/RHC.

Por: Roberto Morejón

Mientras Cuba reabría las operaciones de su principal aeropuerto internacional con estrictos protocolos de seguridad en señal de apertura, corría el almanaque hacia concretarse el más reciente giro de tuerca del bloqueo de Estados Unidos, impedir las remesas.

 La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento norteamericano del Tesoro informó sobre una regla, a partir de la cual se eliminarán desde el 27 de noviembre autorizaciones relacionadas con el despacho de tales remisiones a Cuba.

El 12 de junio pasado, el Departamento de Estado ubicó en una lista de entidades cubanas a las que no se podrá acceder desde Estados Unidos a la institución financiera FINCIMEX, contraparte en La Habana de la compañía de transferencias de dinero Western Union.

Esa última entidad se ha visto precisada a cesar desde el próximo día 23 el pago de las remesas tramitadas en Estados Unidos con destino a Cuba.

La responsabilidad por la interrupción recae en la administración estadounidense, la misma que antes impuso un límite de mil dólares por trimestre al monto de dinero que una persona puede expedir hacia el archipiélago caribeño.

Trump y sus asesores de la mafia anticubana de Miami también lograron reducir al mínimo el personal diplomático en su embajada en La Habana.

Como resultado, los cubanos deseosos de viajar hacia la nación norteña tienen que hacer trámites en terceros países, con una carga adicional de dinero e incertidumbre.

La Casa Blanca regida por el magnate republicano prohibió además los vuelos de aerolíneas de su país a diversas provincias cubanas, con la excepción de La Habana.

Era un obstáculo suplementario a la relación entre  familias cubanas a uno y otro lado del Estrecho de la Florida.

Los pretextos para asumir posturas tan delirantes parecen extraídos del arsenal de la guerra fría, aunque voceros de Trump niegan desear perjuicios a las familias cubanas.

El secretario de estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak, eludió responsabilidades de su gobierno con el cierre de oficinas de Western Union en la nación caribeña.

Kozak apeló a un socorrido artificio: “Estados Unidos apoya el bienestar del pueblo cubano”.

La mascarada choca contra las nuevas vicisitudes de los cubanos de acá y de allá, los únicos en el mundo obligados a prescindir de los envíos de ayuda monetaria.



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