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Por: Roberto Morejón

Cuba se convirtió en un aula de Matemáticas porque las personas sacan cuentas ante el anunciado ordenamiento monetario.

El país unificará sus dos monedas y variadas tasas de cambio el primero de enero, al desaparecer el peso convertible y permanecer una única denominación, el peso cubano.

Con una tasa cambiaria uniforme de 24 pesos cubanos por dólar, la disposición es necesaria.

Resulta imperativo continuar la actualización del modelo económico y vitalizar una nueva estrategia aprobada este año.

Además de ejecutar esa táctica que busca sortear el recrudecimiento del bloqueo estadounidense y el impacto de la Covid-19, la nación caribeña requiere suprimir la dualidad monetaria porque estorba las cuentas locales.

El mayoritario sistema empresarial socialista sufrió rigores por esa razón, al desequilibrarse la macroeconomía y aumentar los déficits fiscales.

Los empresarios lamentaron estar impedidos de precisar bien los costos y lidiar con indicadores confusos.

Expertos advirtieron que el ordenamiento monetario beneficiará la economía, aunque sin implicar la solución total de todos los entuertos.

Desde el otro ángulo, la unificación monetaria tendrá un impacto directo en la población al asociarse a una reforma de salarios, pensiones y asistencia social.

A su vez, concluirán muchos subsidios desmedidos y gratuidades indebidas, con el aparejado incremento de los precios de bienes y servicios, salvo excepciones.

Cuba se encamina a la materialización de una sociedad que puede ser estrictamente igualitaria, a partir de la recuperación del papel del salario en la satisfacción de las necesidades de los trabajadores y familias.

Si algunas personas quedan en situaciones vulnerables, serán atendidas incluyendo los impedidos de aportar en el mercado laboral.

Afianzado ese propósito, el ordenamiento ayudará a la aplicación del principio socialista “de cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo”.

Por ese derrotero puede lucharse con mejores armas contra la desmotivación laboral, por la cual decenas de miles de personas dicen NO interesarse por buscar empleo.

Desatar las fuerzas productivas y estimular los aportes al Producto Interno Bruto se presentan como aristas justificativas del ordenamiento monetario.

Es de esperar que las personas, empresarios y el engranaje de la economía generen más riquezas de la mano de la anhelada eficiencia.