Por María Josefina Arce
Una hermosa historia de solidaridad y lucha a favor de todas las causas justas ha escrito en sesenta años el ICAP, Instituto cubano de Amistad con los Pueblos, que llega en este mes a un nuevo aniversario.
En diciembre de 1960 vio la luz está institución por iniciativa del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, para dar a conocer al mundo el país que comenzabamos a construir y dar su apoyo a todas las causas justas.
Giraldo Mazola, presidente fundador del ICAP, afirmó que su surgimiento está vinculado a la necesidad de dar a conocer la importancia de la unidad y a compartir lo que teníamos.
Y aunque la idea no era promover la solidaridad con Cuba surgió de inmediato todo un movimiento espontáneo, al que en estas seis décadas se han ido sumando incontables personas.
El instituto puede decir con orgullo que ha marcado la diferencia. A su ardua labor y movilización se deben importantes logros como el regreso a la Patria de los cinco antiterroristas cubanos, quienes guardaron injusta prisión en Estados Unidos por luchar contra los planes hostiles contra la Mayor de las Antillas fraguados desde suelo estadounidense.
Destaca también todo el movimiento de respaldo hacia Cuba y su Revolución ante las constantes agresiones de Estados Unidos. La lucha por el levantamiento del genocida bloqueo norteamericano ha sido una de sus principales metas.
Cada persona que en cualquier rincón del planeta, incluso en el propio territorio estadounidense, se ha sumado a ese reclamo es una victoria del ICAP y de todo el movimiento de solidaridad que aglutina.
Los amigos del pueblo cubano nunca se han cansado de defender nuestro derecho a la autodeterminación y ante cada acción hostil han expresado su condena.
Pero también han compartido junto a nosotros en la agricultura y otras importantes tareas productivas y donado recursos para sensibles esferas como la salud y la educación, afectadas por el cerco económico de Estados Unidos.
Para el 2021 el desafío del ICAP continúa siendo el accionar por un mundo más justo, sin desigualdades, y en defensa de la soberanía de los pueblos, como nos enseñó Fidel Castro en su incansable lucha a favor de los más humildes.
