Por María Josefina Arce

La situación no mejora en Colombia. La violencia no da tregua a una sociedad que puso sus esperanzas en el acuerdo de paz suscrito en 2016 para poner fin a un conflicto armado de más de cinco décadas, que dejó cerca de 300 mil muertos y decenas de miles de desaparecidos.

Solo ha transcurrido un mes del presente año y ya se contabilizan nuevas víctimas de la violencia que sacude a la nación suramericana y que en 2020 llegó a cifras récord de asesinatos y masacres.

De acuerdo con un informe de INDEPAZ, Instituto de Estudios de Desarrollo para la Paz,  el pasado año fueron ultimadas 381 personas en 91 masacres.

Líderes sociales, indígenas, activistas medioambientales, defensores de los derechos humanos perdieron la vida, sin que el gobierno del presidente Iván Duque adoptara las medidas necesarias para frenar la ola de violencia

Setenta y tres ex combatientes fueron asesinados en ese periodo de tiempo, con lo que se elevó a 249 el número de hombres y mujeres que hicieron dejación de las armas ultimados desde la firma del acuerdo de paz entre el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos y la otrora guerrillera Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia-Ejército del Pueblo.

Los sucesos violentos de enero último no auguran un panorama mejor para los colombianos, asediados también por la COVID 19, que ya se ha cobrado más de  54 MIL víctimas fatales en el país.

INDEPAZ reveló que en solo un mes el territorio colombiano reporta 19 líderes sociales y seis ex combatientes asesinados.

Los departamentos de Nariño, Antioquia, Valle del Cauca y Caquetá son los más afectados por la violencia generada por grupos paramilitares y criminales que buscan controlar determinados territorios para el narcotráfico y otras acciones delictivas.

Diez masacres acumula ya en poco más de un mes Colombia, donde la sociedad exige la total implementación de lo acordado en La Habana, tras años de negociaciones.

Pero el presidente Iván Duque no cree en la paz y no ha cumplido con lo pactado. En el papel han quedado las reformas agraria y política, el desmantelamiento del paramilitarismo, la seguridad de los ex rebeldes y la participación de la sociedad.

Los colombianos quieren el cese de la violencia, sanar las heridas de décadas de un conflicto armado y construir un país mejor con el concurso de todos, pero se han encontrado con la indiferencia del presidente, quien, en opinión de muchos, ha masacrado el acuerdo de paz.