Por María Josefina Arce

El 2022 se inició con nuevas acciones de Estados Unidos contra Cuba, como parte del criminal bloqueo que desde hace casi seis décadas mantiene contra el pueblo cubano en un intento por asfixiarlo econonomicamente. De ahí que el sector afectado sea el turismo, motor impulsor de la economía de nuestro país.

Recientemente la Oficina de Control de Activos Extranjeros, del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, impuso una multa de 91 mil dólares a la plataforma digital de alojamiento Airbnb por aceptar huéspedes en la Mayor de las Antillas y violar el cerco económico.

Según la entidad gubernamental, la compañía turística aceptó pagos de estadounidense que viajaron al país caribeño fuera de las doce categorías autorizadas por Washington.

Desde 2015 la empresa norteamericana presentó sus servicios en Cuba, pero el alcance de sus negocios se ha visto dañado por las medidas adoptadas de 2017 a 2021 por el entonces presidente Donald Trump, y mantenidas bajo la actual administración de Joe Biden.

El turismo ha sido a lo largo de décadas fuertemente impactado por la política hostil estadounidense. En el período 2020-2021 las afectaciones a ese sector han sido de más de 367 millones 304 mil dólares.

Ha enfrentado perjuicios a importantes esferas relacionadas con los viajes, los servicios, las operaciones y aseguramiento logístico, decisivos para su correcto funcionamiento.

Como parte de la escalada contra Cuba, en 2017 a meses de llegar a la Casa Blanca  se escudó Trump en supuestos ataques sónicos contra  diplomáticos estadounidenses en La Habana para emitir una injustificada alerta de viaje hacia territorio cubano.

Sin embargo, meses de investigaciones tanto de científicos norteamericanos como cubanos evidenciaron que no había pruebas de esos pretendidos ataques.

Pero en 2018 volvió Trump a la carga y exhortó reconsiderar los viajes a Cuba a los ciudadanos estadounidenses que clasifican en una de las doce categorías autorizadas para visitarnos, recurriendo otra vez a la supuesta existencia de "riesgos graves para su seguridad y protección".

De hecho los norteamericanos ven violado su derecho de viajar libremente, pues el entramado de leyes que conforman el bloqueo les impiden visitarnos como turistas y conocer de cerca más sobre nuestra cultura, historia, arquitectura y gastronomía.

La prohibicion del arribo de cruceros estadounidenses a suelo cubano y las restricciones a los vuelos se inscriben también en los planes de Washington de impedir la entrada de divisas a nuestro país, que se destinan en gran medida a importantes ramas como la salud y la educación.

Estados Unidos busca asfixiar a Cuba económicamente y, a través del tantas veces condenado bloqueo ataca sectores esenciales que aportan a su avance como el turismo, que además es un puente entre las naciones.