Comicios de riesgo

Edited by María Candela
2022-02-19 08:59:39

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Por: Guillermo Alvarado

Los más importantes procesos electorales programados para este año en Estados Unidos estarán fuertemente marcados por el tema de los migrantes, sobre todo del lado de los candidatos y electores del partido Republicano donde la influencia de Donald Trump es casi determinante.

Un ejemplo de eso ocurre en el estado de Texas, con una extensa frontera con México, donde el actual gobernador y aspirante a la reelección, Gregory Abbott, busca recrudecer las presiones contra quienes intenten cruzar la línea de demarcación, con el propósito de ganar simpatías.

De cara a las primarias de esa agrupación, que se realizarán el 1 de marzo, Abbott tiene una amplia ventaja sobre sus contendientes, que atizan el odio hacia los migrantes como fórmula para superarlo en los sondeos.

Tarea difícil, pues el gobernador texano movilizó a la guardia nacional del estado para vigilar la frontera, construyó su propio muro y ordenó apresar a los indocumentados, acusándolos de violar propiedad privada.

Pero eso es apenas una pequeña muestra de lo que ocurrirá más adelante, cuando el 8 de noviembre tengan lugar las elecciones legislativas de medio término, que serán decisivas para el resto del mandato del presidente Joseph Biden.

Ese día se votará por los 435 escaños de la Cámara de Representantes y un tercio de los cien miembros del Senado, y lo que verdaderamente estará en juego es el control de ambas partes del Congreso de la Unión, que ahora les pertenece por escaso margen a los demócratas.

Como se sabe, en la cámara hay una ligera ventaja de 12 escaños a favor del partido de Biden, pero en el senado la composición es de 50 asientos para cada fuerza, con el voto de la vicepresidenta Kamala Harris para desempatar.

No es ocioso recordar que si la Casa Blanca pierde los dos, o uno solo de estos recintos, prácticamente desaparecerá el programa legislativo de esta administración.

Y aquí nuevamente el tema migratorio será determinante. La mayor parte de los electores republicanos están a favor de más duras restricciones contra el flujo humano que llega desde el sur y los candidatos lo saben muy bien y tratarán de aprovecharlo.

Los demócratas están entre dos aguas porque Biden no ha cambiado en lo sustancial las políticas de Trump, lo que desencantó a sus seguidores entre las minorías étnicas, que difícilmente acudirán a las urnas con el mismo entusiasmo que lo hicieron en 2020.

El juego está abierto y ganará el que más odio consiga despertar contra las masas empobrecidas que buscan llegar al paraíso capitalista.   

 



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