Sin pruebas, prensa en EE.UU. habla de intervención de Cuba en La Florida

Edited by María Candela
2024-08-28 11:43:29

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Por Roberto Morejón

Aunque nada novedosa, provoca rotundo rechazo la imputación de artículos periodísticos en Estados Unidos acerca de lo que llaman esfuerzos de Cuba para influir en las campañas electorales del estado de Florida.

El diario The Miami Herald y otros de la organización de prensa McClatchy, a la que pertenece el primero, han retomado los infundios sobre la supuesta intrusión del gobierno de la mayor de las Antillas en los procesos de votación en el sureño estado.

A pesar de citar lo que denominan fuentes anónimas de inteligencia, la vaguedad del emplazamiento salta a primer plano, pues, como subrayó un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, en Washington no disponen de pruebas sobre lo apuntado.

El MINREX, de Cuba, rechazó categóricamente la acusación y aclaró que no hay interés, iniciativa, movimiento o gestión para favorecer a políticos en cualquier estado de la nación del Norte.

Con ironía, el comunicado alude al extenso historial de Estados Unidos en materia de intervención en otros países, en especial en América Latina y el Caribe.

Con certeza, las administraciones de la primera potencia militar del mundo, demócratas o republicanas, se han entrometido, de forma abierta o encubierta en otros países, para torcer o favorecer rumbos políticos.

El desembarco estadounidense en el oriente de Cuba a fines del siglo diecinueve selló el inicio de la presencia militar, económica y política de Estados Unidos en la nación antillana hasta 1959.

Por órdenes de los inquilinos de turno de la Casa Blanca, sus fuerzas ocuparon Haití, República Dominicana y Panamá, forzaron el derrocamiento de Jacobo Arbenz en Guatemala en 1954, de Salvador Allende en Chile en 1973 e invadieron Granada en 1983.

Desde Washington colaboraron y apoyaron a dictaduras como las de Gerardo Machado y Fulgencio Batista en Cuba, Rafael Trujillo en República Dominicana y Francois Duvalier en Haití.

Más cercano en el tiempo, el secretario norteamericano de Estado, Anthony Blinken, confiesa su apoyo a la extrema derecha en Venezuela y al candidato de esa fuerza, Edmundo González, tras señalar lo que califica de fraude en los comicios del 28 de julio, sin aportar evidencias.  

Conocidos por sus aplausos a la golpista Jeanine Áñez en Bolivia, los estadounidenses y sus canales mediáticos no pueden regocijarse de respetar las realidades de otros países, por lo que llama la atención su señalamiento de que otros cometen lo que ellos hacen habitualmente.



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