Foto: Ámbito.

Por: Roberto Morejón

The New York Times lo presentó como un veterano halcón de la política exterior estadounidense y con ese calificativo coincidió la televisora CNN.

No se equivocan los medios, el estadounidense de alegado origen cubano Mauricio Claver-Carone es uno de los hombres de mano dura hacia América Latina sumado a la administración de Donald Trump.

Ubicado en su equipo para “restaurar el orden” en el subcontinente, sobre todo en políticas anti-migrantes y contra gobiernos progresistas, Claver-Carone tiene una extensa trayectoria al lado de los elementos más recalcitrantes de la industria de la contrarrevolución cubana en Estados Unidos.

Designado ahora por Trump como Enviado Especial para América Latina, es descrito por su jefe como gran conocedor de la región y de las amenazas que, como el fentanilo, se ciernen sobre la potencia del Norte, según la narrativa del magnate.  

Nacido en Miami, no oculta sus planes beligerantes contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, y como hoja de servicios exhibe erigirse en el arquitecto y ejecutor, junto a Marco Rubio, del endurecimiento del bloqueo contra la mayor de las Antillas.

Señalado en el ya lejano año 2000 por oponerse al regreso a su país del entonces niño Elián González, Claver-Carone se manifestó como encarnizado adversario de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, restablecidas durante la administración de Barack Obama.

Funcionario cercano a Trump durante su primer mandato, se mostró en ese tiempo a favor de no fomentar los vínculos comerciales con China, además de apuntalar al presidente fantasma de Venezuela, Juan Guaidó, marioneta fracasada y corrupta.

En sus vínculos con América Latina, resalta su explosiva destitución como presidente del BID, Banco Interamericano de Desarrollo, por su relación con una empleada a la que estimuló salarialmente.

Fue cuestionado por ser nombrado al frente del BID, por presiones de Trump, en un cargo ocupado tradicionalmente por políticos latinoamericanos.

Tras ser redimido por Trump, el destituido funcionario en el BID exclama que China se apoderó del Canal de Panamá y amenaza a Cuba, cuyo gobierno caerá, según vaticina, gracias a lo que define como “medidas creativas” a aplicar por los inquilinos de la Casa Blanca.

Junto a Marco Rubio, como secretario de Estado, Claver-Carone cree que es hora de redoblar la narrativa del miedo para intimidar a los cubanos, a quienes pretende aplicarles más cerrojos, para aumentar las penurias derivadas del bloqueo.