El ejemplo del Comandante eterno vivirá para siempre

Edited by Maria Calvo
2016-12-01 13:05:47

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por Abdulraqib Ahmed Kassem

Nuestro querido Comandante en Jefe ya no estará para alumbrar nuevos amaneceres, pero sus ideas, que nadie tenga duda, permanecerán intactas para impulsarnos a no bajar los brazos y continuar la lucha de los humildes, por los humildes y para los humildes.

Fidel no ha muerto, vive y vivirá más que nunca en cada uno de nosotros. Fidel es inmortal, invencible, se convirtió en un símbolo de la lucha contra el colonialismo, el apartheid y el imperialismo, por la emancipación y la dignidad de los pueblos; fue el hombre sincero, un hombre excepcional, por lo que su honestidad y su coherencia van más allá de todos los otros atributos que tuvo.

Las ideas del Comandante en Jefe nunca morirán, se convertirán en el mayor escudo de defensa para lograr un mundo más justo y equitativo.

Soy el fruto de estas ideas tan dignas de mi Comandante con la inauguración de las escuelas internacionalistas en el municipio especial cubano de la Isla de la Juventud y con el fomento de los programas educacionales para estudiantes cubanos y extranjeros, un importante exponente de la continuidad de la voluntad política del Gobierno revolucionario por seguir revirtiendo la situación heredada de la sociedad capitalista, y, al mismo tiempo, de materialización del internacionalismo socialista.

Esta práctica del internacionalismo distingue la política de principios y solidaridad desinteresada del Líder eterno y del pueblo cubano. Su instrumentación, a través del plan de Escuelas en el Campo, en la Isla de la Juventud, constituyó uno de los principales orgullos de todos aquellos que desde diversos lugares del país colaboraron como maestros, profesores y personal de apoyo al proceso docente educativo.

El primer paso para la materialización de esa idea ocurrió durante la visita que realizara a la República Popular de Angola, en el mes de junio de 1977, el Segundo Secretario del Comité Central del Partido y Ministro de las FAR, Raúl Castro, quien hizo referencia al comunicado de Fidel, dirigido al Presidente angolano Agustino Neto, ofreciendo para sus compatriotas cuatro escuelas en Cuba, con capacidad para 600 estudiantes cada una y donde podrían cursar la enseñanza primaria, secundaria, y la posibilidad de continuar posteriormente la técnica y profesional.

Más de 36 000 jóvenes procedentes de 20 naciones de África, Asia y América, asaltaron la Isla de la Juventud hace 39 años para plantar un eterno jardín de la solidaridad, de la educación, de la Cultura, gracias a Fidel Castro.

La audacia, coherencia y alcance del pensamiento del Comandante hicieron de la segunda isla mayor de Cuba un taller de sus mejores ideas.

Su osadía continuó, trasciende los años, e inspiró un horizonte digno y unido para los pueblos, como ese que acercan desde sus continentes y naciones a quienes de Cuba regresaron a sus tierras, cercanas o lejanas, pertrechados de conocimientos e ideas a erigir un mundo mejor, con la guía del eterno joven rebelde.

Se han graduado de estas escuelas 68 000 profesionales y técnicos de 157 países; de ellos, 30 000 de la salud.

Bajo el liderazgo del comandante Fidel Castro, Cuba ha jugado un rol muy importante al apoyar a los movimientos revolucionarios y progresistas alrededor del mundo, mucho más de lo que podría esperarse de un país relativamente tan pequeño.

La solidaridad de Fidel con la causa Palestina y con otras luchas en el Medio Oriente y el norte de África, comienza pocos meses después de la Revolución triunfante en 1959.

En el discurso del Comandante en Jefe en la clausura de la Tercera Reunión Ministerial del Buró de coordinación de los Países No Alineados , celebrada en La Habana, el 19 de marzo de 1975, señaló que: “Hoy el imperialismo se esfuerza por contrarrestar esta situación y maniobra pérfidamente para dividir a los países árabes, aislar al valeroso pueblo sirio, burlar los derechos de los palestinos y aumentar su presencia e influencia en el Medio Oriente, a fin de imponer las condiciones onerosas de paz que más convenga a sus intereses y a los de sus aliados en la agresión contra los pueblos árabes”.

Cuba saludó la formación de la Organización de Liberación Palestina (OLP) en 1964 y estableció lazos con el movimiento Al-Fatah al año siguiente; una alianza cercana fue desarrollada entre Cuba y el gobierno de en Siria en los finales de la década de los 60 y -al mismo tiempo- ambos países apoyaron al movimiento Al-Fatah después de que se convirtió en la fuerza política dominante en la OLP.

Luego de la guerra de octubre de 1973 Cuba rompió relaciones diplomáticas con Israel y al año siguiente Yasser Arafat, presidente de la OLP, fue recibido como jefe de Estado cuando visitó La Habana, y luego una embajada de Palestina fue establecida en Cuba.

En la Sesión inaugural del VI Conferencia Cumbre del Movimiento de Países No Alineados del 3 de septiembre de 1979, Fidel subrayó: "Cito en primer término al sufrido y valeroso pueblo palestino. Ningún despojo más brutal de los derechos a la paz y existencia de un pueblo se ha cometido en este siglo. Entiéndase bien que no somos fanáticos. El movimiento revolucionario se educó siempre en el odio a la discriminación racial de cualquier tipo, y desde el fondo de nuestras almas, repudiamos con todas nuestras fuerzas la despiadada persecución y el genocidio que en su tiempo desató el nazismo contra el pueblo hebreo. Pero no puedo recordar nada más parecido en nuestra historia contemporánea que el desalojo, persecución y genocidio que hoy realizan el imperialismo y el sionismo contra el pueblo palestino. Despojados de sus tierras, expulsados de su propia patria, dispersados por el mundo, perseguidos y asesinados, los heroicos palestinos constituyen un ejemplo impresionante de abnegación y patriotismo, y son el símbolo vivo del crimen más grande de nuestra época."

Cuba con Fidel a la cabeza fue uno de los promotores de la Resolución 3379 de las Naciones Unidas que calificó al sionismo como una forma de racismo y discriminación. Después de los Acuerdos de Camp David de 1978, que separó a Egipto de los demás Estados árabes y generó un duro golpe para los palestinos, Cuba apoyó el “Frente Firmeza y Confrontación” o “Steadfastness Front”, en inglés, que fue formado por Siria, Libia, Argelia y la extinta República Democrática de Yemen. 

Camp David allanó el camino para el sangriento asalto de Israel en Líbano y a los campos de refugiados palestinos, lo significó más de 30 mil personas muertas; hecho que fue condenado por el gobierno cubano.

En el XXXIV periodo de Sesiones de la Asamblea general de la Organización de Naciones Unidas en 1979, Fidel Castro reiteró que: " La base de la paz justa en la región comienza por la retirada total e incondicional de Israel de todos los territorios árabes ocupados y supone para el pueblo palestino la devolución de todos sus territorios ocupados y la recuperación de sus derechos nacionales inalienables, incluido el derecho de retorno a su patria, a la libre determinación y al establecimiento de un Estado Independiente en Palestina, de conformidad con la Resolución 3236 de la Asamblea General. Ello implica la ilegalidad y nulidad de las medidas

adoptadas por Israel en los territorios palestinos y árabes ocupados, así como del establecimiento de colonias o asentamientos en tierras palestinas y en los demás territorios árabes, cuyo desmantelamiento inmediato es un requisito para la solución del problema."

Cuba dio un fuerte apoyo a la masiva Intifada palestina que comenzó en 1987.

Durante el asalto israelí sobre Gaza en 2014, en el que murieron más de mil 460 palestinos y en el que fueron heridos más de 10 mil, Fidel escribió: “¿Por qué el gobierno de este país (Israel) cree que el mundo será insensible a este macabro genocidio que hoy se está cometiendo contra el pueblo palestino?”

También en el discurso de Fidel Castro en la ciudad sudafricana de Durban, en 2001, al referirse a la causa palestina expresó: “Póngase fin cuanto antes al genocidio del pueblo palestino, que tiene lugar ante los ojos atónitos del mundo. Protéjase el derecho elemental a la vida de sus ciudadanos, de sus jóvenes y sus niños. Respétese su derecho a la independencia y a la paz, y nada habrá que temer de los documentos de las Naciones Unidas”.

El legado del Comandante en jefe, de la solidaridad, la lucha y el sentido de revolucionario internacionalista, continúa sirviendo como un ejemplo en la práctica que trasciende las fronteras a través de la Revolución, la democracia y el socialismo.

El jefe histórico de la Revolución cubana es luchador social, cuyas ideas han impactado profundamente a lo largo y ancho de todo el mundo. Pocos como él han dejado una huella tan marcada, una herencia tan hermosa de profundo humanismo.

El ejemplo de Fidel trascenderá en el tiempo y perdurará para siempre en todos los continentes.
 



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