Quinto debate republicano

Edited by María Candela
2024-01-18 08:35:25

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Ron DeSantis, gobernador de La Florida y Nikki Haley, exembajadora de EEUU en la ONU.

Por Alfredo García Almeida*

El pasado 10 de enero, se llevó a cabo sin pena ni gloria, el quinto debate de los precandidatos republicanos solo con dos participantes: Ron DeSantis, gobernador de La Florida y Nikki Haley, exembajadora de EEUU en la ONU. En el primer debate en Wisconsin el 23 de agosto del pasado año, participaron ocho aspirantes.

Los debates del foro republicano, se caracterizaron por su poca trascendencia, el paulatino desgajamiento de los precandidatos hasta llegar a dos y la burlona ausencia del expresidente, Donald Trump, que siempre encontró hacer algo más importante que participar en los debates con el resto de los contendientes.   

En esta ocasión, mientras DeSantis y Haley, se enfrascaban en un debate personal cuestionándose mutuante, con obvia intención de destacarse ante el electorado como alternativa del expresidente, Trump, este se divertía en un evento público auspiciado por la CNN en la televisora Fox, con su peculiar estilo autoritario, bromista y grosero. Su momento culminante, fue cuando aseguró que ya ha decidido a quien elegir como “vicepresidente”, aunque no quiso revelar su nombre.

Durante todo el debate, los discursos de DeSantis y Haley resultaron reiterativos, aburridos y ausentes de propuestas sobre los problemas que agobian a la sociedad norteamericana. DeSantis acusó a Haley, de no ser suficientemente “conservadora” y de preocuparse demasiado por la política internacional. “Recortarías las prestaciones de la Seguridad Social a los septuagenarios, mientras pagas las pensiones de los burócratas ucranios”, afirmó, mientras Haley lo acusaba reiteradamente de “mentir”.

El precandidato gobernador, afirmó que Trump está siendo “injustamente perseguido” por la justicia y que de resultar candidato presidencial, todo giraría en torno al 6 de enero (asalto del Congreso). Por su parte, Haley fue categórica: “El 6 de enero de 2021 no fue, como lo llama Trump, “un día precioso”, sino “un día terrible”. “Trump perdió esas elecciones, Biden las ganó”, afirmó con vehemencia.

El presidente, Joe Biden, no salió ileso del debate. La alusión a las guerras de Ucrania y Gaza  fue solo un rasguño. Haley lanzó críticas a Biden por la hospitalización “secreta” del secretario de Defensa, Lloyd Austin. “¿Cómo es que Biden no habla con su secretario de Defensa todos los días, sabiendo que tenemos una guerra en Europa y una guerra en el Medio Oriente?”, se preguntó. Ambos precandidatos sobrevivientes de la contienda presidencial, coincidieron en que “es momento de pasar página política, judicial y generacional”, pero no se atrevieron a cuestionar a Trump, respecto al tema constitucional.

Aun ausente, el ganador del quinto debate fue Trump. Con su deslucida polémica, DeSantis y Haley, empoderaron la retorcida visión del expresidente y la dirección del Partido Republicano demostró la identificación con las ideas neofascistas, al restar importancia a la amenaza que Trump representa, contra el sistema político norteamericano, tal y como lo conocemos.  “Para muestra un botón”: En las primarias de Iowa el pasado lunes, Trump arrasó con el 51,30 % de los votos, por encima de DeSantis con un 21,2% y de Haley con un 19.1%.

* periodista, analista internacional colaborador desde Mérida, Yucatán.  
    

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



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