por Nicanor León Cotayo
Después que se ha dado como virtualmente seguro, ahora un número creciente lo coloca entre signos de interrogación.
A una semana de la Convención Nacional del Partido Republicano de Estados Unidos, en Cleveland, Ohio, que nominará su candidato presidencial.
Un periodista de la Associated France Press (AFP) en Washington, Iván Couronne, afirmó que, vísperas de la investidura de Trump los republicanos se encuentran divididos en “mil pedazos”.
Couronne agregó que en el referido suceso probablemente salgan a flote “profundas divisiones entre su establishment y el estilo populista y directo” del magnate.
El corresponsal de Paris adelanta que el presidente de la Cámara de Representantes, y hombre fuerte del Congreso, Paul Ryan, podría recoger “los platos rotos” del acontecimiento.
Muchos republicanos, añade, llegan a estimar improbable que en noviembre Trump pueda vencer a la demócrata Hillary Clinton.
¿Cuál es ahora el máximo interés del Partido Republicano? Salvar su mayoría en el Capitolio y prepararse para las elecciones de 2020, opina Couronne.
Respecto a la próxima Convención Nacional advierte que sus organizadores tratarán de enmascarar las divisiones, algo difícil cuando se anuncia la inusual ausencia de prominentes figuras.
“Esto no tiene precedentes en la historia reciente de las convenciones”, dijo Robert Boatright, profesor de ciencias políticas en la Universidad Clark, de Massachusetts.
Trump ha prometido tener un comportamiento más “presidenciable” y suavizar el tono incendiario que marcó su campaña hasta ahora.
Pero el escenario más posible, según Boatright, es que los funcionarios más relevantes del partido sigan ignorándolo y se concentren más en los seis puestos del Senado que desean salvar.
Junto a ello miran hacia los comicios parciales de 2018 y las elecciones presidenciales de 2020.
Luego de los dos mandatos de Barack Obama, consideran observadores, la jefatura republicana debió beneficiarse de la tendencia a buscar un cambio.
Y sobre todo, puntualizan, cuando tienen frente a ellos como opción demócrata una tan impopular como Hillary Clinton, quien trata de ganar votantes que desconfían de ella por utilizar su correo electrónico privado cuando era jefa de la diplomacia.
También recuerdan el discurso xenófobo, proteccionista y antisistema de Trump que “privó al Partido Republicano de volver a construir sus dañados vínculos con los electores negros e hispanos”.
En consecuencia, los desafíos que padece la extrema derecha estadounidense desde el surgimiento en 2010 de los ultraconservadores del Tea Party no están cerca de resolverse en este ciclo electoral.
Y si Donald Trump pierde las presidenciales?, indagó en Washington John Hudak, experto del famoso Instituto Brookings.
Ello ha ido diferenciando los momentos en que su candidatura, e incluso su triunfo en noviembre, eran vaticinados como lo más seguro del actual pasatiempo electoral en Estados Unidos.
(Tomado de CubaSí)