La Habana 4 de mar (RHC). El XVIII Festival del Habano concluye en salones del recinto ferial Pabexpo de esta capital con la subasta de humidores de lujo y el reconocimiento a los colaboradores de la industria cubana tabacalera.

Precisamente, es el momento de entregar el Premio Habano del Año, que se dedica en las categorías de Producción, Comercio y Comunicaciones a las personas que promueven el tabaco cubano Premium en el mundo.

Por tanto, se trata de la velada más esperada por las más de mil 500 personas de 50 países que asisten a esta reunión.

El cierre es sumamente interesante, pues consiste en una cena acompañada de la mejor música cubana, con artistas reconocidos.

Para algunas personas, estos cierres de festival son comparables, en el mundo del tabaco, con los Oscar del cine, por su glamur y atractivo.

Los expertos consideran al Festival en su conjunto como la mayor reunión e impulso de mercadotecnia del mundo, de cara a los cigarros, solo comparable, el de La Habana, con el Big Smoke de Las Vegas, Estados Unidos, pero a este último le falta el tabaco cubano.

En la noche de gala se entregan esos Premios Habano del Año, y se pone en juego una subasta de humidores (cajones climatizados para puros) confeccionados por artistas de la madera y el cuero, repletos de los mejores habanos del momento, y que llega a cifras astronómicas.

Ese dinero, como cada año, lo deparan las autoridades cubanas para el sistema de salud de esta isla, como una manera de ponerse en equilibrio con las campañas sanitarias en contra del tabaquismo.

En esta oportunidad, la gala de cierre está dedicada, como buena parte del Festival, a los 50 años de creada la marca Cohiba, que surgió en 1966 y es la más simbólica del cigarro criollo por ser la primera en surgir después del triunfo de la Revolución Cubana en 1959.