Brasilia, 31 ago (RHC) La Policía Militar de Sao Paulo recurrió al uso de gas lacrimógeno, bombas de efecto moral y cañones de agua para dispersar a manifestantes que protestaban contra la asunción del presidente de Brasil, Michel Temer.

Tropas de choque del cuerpo armado salieron al paso de estudiantes, integrantes de movimientos sociales y organizaciones feministas que pedían la salida de Temer y condenaban el proceso de impeachment contra la ex jefa de Estado Dilma Rousseff, cuyo mandato fue cesado esta tarde por el Senado Federal.

Imágenes difundidas por televisoras nacionales mostraron los momentos de tensión vividos en la capital paulista, donde desde hace dos días se producen demostraciones de repudio al que catalogan de gobierno ilegítimo y usurpador de Temer y de apoyo a la depuesta Presidenta constitucional.

"Fuera Temer" y "Golpistas, fascistas, no pasarán", fueron las palabras de orden más entonadas por los manifestantes, indicó por su parte la Agencia Brasil, que reportó también la realización de una protesta contra el impeachment en la ciudad de Recife, Pernambuco, convocada por el Frente Pueblo Sin Miedo.

El centro histórico de la ciudad de Río de Janeiro fue otro de los escenarios de las protestas realizadas contra Temer y en rechazo a la destitución de Dilma, aprobada por la Cámara alta por mayoría calificada de 61 votos contra 20.

Por su parte, el Movimiento de los Trabajadores Rurales sin Tierra (MST) anunció que prepara nuevas tomas de terrenos de latifundistas en los próximos días, en protesta por lo que considera un golpe de Estado.

El Frente Brasil Popular (FBP) advirtió que la resistencia al gobierno usurpador, misógino y racista de Michel Temer apenas comienza y que la lucha contra su programa antipopular será implacable.

En un mensaje de apoyo a la depuesta presidenta Dilma Rousseff, el Frente -que agrupa a unas 60 organizaciones- aseguró que antes de lo que suponen los golpistas el pueblo brasileño será capaz de rechazar sus planes y retomar el camino de los grandes cambios.

Buscaremos la unidad y la movilización de las más amplias fuerzas populares, combatiendo sin cesar hasta derrotar a la coalición antidemocrática que rompió con el Estado de Derecho, señaló.

La misiva manifiesta también la certeza de que Dilma continuará inspirando y protagonizando la resistencia contra los golpistas, quienes al propiciar la ruptura del orden democrático materializan los propósitos antipatrióticos y antipopulares de las élites económicas.

La agenda de los usurpadores -agrega- desgarra las garantías de la Constitución de 1988 y afronta las conquistas obtenidas durante los gobiernos del presidente Lula y de Dilma Rousseff, con el claro propósito de favorecer los intereses de las oligarquías financieras, industriales, agrarias y mediáticas, en detrimento de los trabajadores.

En otra de sus partes, el texto difundido por el Frente Brasil Popular recuerda que durante los últimos meses millones de brasileños y brasileñas participaron en manifestaciones y protestas, "en un esfuerzo unitario para defender la democracia, los derechos populares, la soberanía nacional y el resultado de las urnas".

Poco después de conocerse los resultados de la votación en el Senado Federal, donde se aprobó por mayoría calificada la casación de su mandato, Dilma Rousseff afirmó que el gobierno golpista encabezado por Temer enfrentará la más determinada, firme y enérgica oposición.

En este momento no diré adiós, sino hasta de aquí a poco, porque a partir de ahora lucharé incansablemente para continuar construyendo un Brasil mejor, sostuvo.

Dilma denunció que con el golpe de Estado consumado este miércoles se apropiaron del poder un grupo de políticos corruptos e investigados, que buscan desesperadamente escapar de la justicia.

Insistió también en que lo ocurrido fue "una inequívoca elección indirecta" en la cual 61 senadores decidieron suplantar la voluntad de más de 54 millones de electores que votaron por ella en los comicios presidenciales de 2014.