Fotos: Laura Brunet Portela y Luzdeibys González Forcades. ACN.
La Habana, 6 jul (RHC) Los restos óseos del miliciano Ramón Jaureguí Díaz, desaparecido durante la invasión de Estados Unidos por Playa Girón en abril de 1961, fueron recibidos este jueves en su natal barrio de Caonao, en la provincia de Cienfuegos, procedentes del vecino territorio de Matanzas.
En homenaje póstumo, familiares, autoridades políticas y gubernamentales del territorio centrosureño, miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana y el pueblo en general presentaron sus respetos a Jaureguí Díaz, en la galería de la Casa de Cultura Luis Gómez.
Después del merecido tributo, los restos mortales del héroe fueron trasladados al cementerio Tomás Acea y despedido en el panteón de los Mártires de Playa Girón; este viernes será inhumado y por fin tendrá el descanso eterno junto a los mártires de la heroica gesta del 61, convertida en la primera gran derrota del imperialismo yanqui en América.
Aún conmovidos por la guardia de honor en el Museo Playa Girón y el recibimiento al combatiente desde la zona de Babiney, en Abreus, Mirna y Alejandro Jaureguí Digat, sobrinos de Ramón, rememoraron todo el proceso, desde la noticia del descubrimiento de los restos hasta la identificación de su tío.
Pese a haber conocido al joven combatiente solo a través de las historias contadas por el padre, expresaron que el hecho causó mucha tristeza en la familia, sobre todo a la madre de los Jaureguí Díaz, por eso el hallazgo les trajo consuelo, ya que al fin podrán darle sepultura en su tierra natal.
Tras seis décadas de espera, con la angustia y el dolor dilatados por el paradero desconocido del menor de los ocho hermanos (tres mujeres y cinco hombres), finalmente una prueba de ADN positiva, confirmada por el Laboratorio de Genética Criminalística, de La Habana, devolvió el consuelo a la familia.
En 2019 la cooperativa no agropecuaria Triple C abría una zanja hidráulica en las inmediaciones del hotel Playa Girón ─a 720 metros de la zona por donde entraron los mercenarios─ cuando encontraron los restos envueltos en un nailon verde y, desde esa fecha, comenzaron las investigaciones lideradas por el licenciado Yoel Monzón González, jefe del Equipo de Trabajo de Antropología Forense (Etaf) del Servicio de Medicina Legal de Matanzas.
El estudio incluyó técnicas de arqueología forense, la entrevista a la familia y la comparación de los resultados, hasta que el 28 de diciembre de 2022 se corroboró que los fragmentos óseos y piezas dentales mandadas a cotejar por perfil genético coincidían con la línea paterna Jaureguí, explicó Monzón González en reciente conferencia de prensa.
Exámenes efectuados por los especialistas del Etaf apuntan a que el joven combatiente no sobrepasaba los 20 años de edad, era de ancestría europoide y de estatura baja.
Según fuentes documentales, el miliciano cienfueguero pertenecía al Batallón 339 ─el primero en llegar durante el ataque yanqui por la Bahía de Cochinos─ y cayó mortalmente herido por la metralla de la aviación enemiga en Caleta del Rosario, en la Ciénaga de Zapata, al sur de Matanzas, desde donde lo trasladaron alrededor de 10 kilómetros hasta una fosa individual en Playa Girón.
