La Habana, 18 abr (rhc).- El VII congreso del PCC aprobó por unanimidad  el informe leído en la jornada inaugural del sábado por el primer secretario Raúl Castro.

La resolución que refrenda aquel documento fue presentada por el primer vicepresidente y miembro del buró político del PCC Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en el que se califica de trascendental el referido informe, que expone con valentía el trabajo realizado en los últimos 5 años.

El documento expuesto por Díaz -Canel destaca que el informe central al congreso define los desafíos que el país debe enfrengar y trasmite confianza en la actualización del socialismo próspero y sustentable que se construye. Asimismo identifica la mentalidad obsoleta como el principal obstáculo que conlleva a la inercia o falta de confianza en el futuro, contra otras deficiencias que persisten, como falta de preparación, exigencia y control por parte de cuadros y funcionarios.

Más adelante la resolución aprobada  sobre el Informe Central presentado por  Raúl Castro califica de paso de avance la propuesta de conceptualización del modelo económico y social al que aspiramos, y las bases del Plan Nacional de Desarrollo hasta 2030. Ambas directrices permitirán al Partido, al Estado y al gobierno contar con una herramienta para discutir, analizar y buscar el consenso a fin de adoptar las decisiones más importantes.

La resolución subraya que el Informe Central deja claro que la construcción de un socialismo próspero y sostenible no implicará jamás el sacrificio de nuestra soberanía, las riquezas del país y la seguridad del pueblo.

Seguidamente la Resolución sobre el Informe Central -aprobada por el Congreso del Partido- recoge el llamado a incrementar la promoción de mujeres, jóvenes, negros y mestizos a puestos decisorios, y a la creación de una adecuada reserva de cuadros.

Como ratifica el documento, en Cuba hay un solo Partido, el de Martí, Baliño, Mella y Fidel, que garantiza la unidad de los cubanos, y le corresponde alcanzar una activa participación y amplio intercambio de opiniones entre militantes y pueblo en general. También hace constar el sentir de los delegados de que la lucha contra la subversión política e ideológica, la formación de valores en la sociedad y la atención a la niñez y la juventud son asuntos estratégicos para la soberanía de Cuba.