por Guillermo Alvarado
Los recientes ataques terroristas y de otro tipo perpetrados recientemente en ciudades europeas, como la francesa Niza, o las alemanas Würzburg, Munich, Reutlingen y Ansbach, se han convertido en pretexto para incrementar la propaganda xenófoba y antiinmigrante de organizaciones de extrema derecha en ese continente.
En Francia, donde se avecina la temporada electoral de cara a los comicios presidenciales y legislativos de 2017 el extremista Frente Nacional, dirigido por Marine Le Pen, aprovecha el dolor y la confusión causados por la tragedia de Niza, donde un hombre a bordo de un camión causó la muerte a 84 personas, atentado por el cual se responsabilizó el llamado Estado Islámico.
Pocos días después en una iglesia perteneciente a la localidad de Rouen dos supuestos miembros de ese grupo terrorista degollaron a un sacerdote.
Le Pen señala por un lado al gobierno de François Hollande de ineficiencia, pero pone el acento en la cantidad de inmigrantes de religión musulmana que habitan en esa nación.
Similar situación está viviendo la canciller federal alemana, Ángela Merkel, donde la extrema derecha trata de pasarle la cuenta por su política de apertura a la acogida de refugiados y la vinculan a los actos de violencia registrados la semana anterior en esa nación.
La Alternativa para Alemania, AFD, una ascendente agrupación ultraderechista, trata de ganar adeptos explotando la participación de jóvenes originarios de Afganistán o Siria en estos hechos, e incluso enmascara la realidad para confundir a la población.
“Vuelve el terror, cuándo va a cerrar las fronteras la señora Merkel”, dijo la AFD, sin tomar en cuenta de que en el ataque registrado en Munich el agresor era un ciudadano alemán, admirador de Adolfo Hitler, y ocho de las nueve víctimas eran adolescentes migrantes.
Polonia, Eslovaquia, República Checa y Hungría, integrantes del Grupo de Visegrado, por el nombre de una ciudad bosnia donde se creó, se resisten a acatar el sistema de cuotas de acogida de refugiados acordado por la Unión Europea y esgrimen el tema del terrorismo como excusa.
En particular en Hungría se celebrará el 2 de octubre un referendo cuya pregunta, tendenciosa al más alto grado, será: “Quiere que la Unión Europea disponga, sin el consentimiento del Parlamento, sobre el asentamiento de ciudadanos no húngaros en Hungría”.
La consulta la promueve el derechista primer ministro Víktor Orban y parte de su campaña incluye temas como: ¿sabía usted que los atentados de París los cometieron refugiados”, una falacia total.
Como se ve, para la extrema derecha no hay límites y en su afán de afincar su poder en Europa apela a la mentira, el engaño y los peores sentimientos que pueda albergar el ser humano.