por Guillermo Alvarado
El religioso brasileño Leonardo Boff, una de las figuras del movimiento de la Teología de la Liberación, expresó sus inquietudes ante la eventual instalación de dos bases militares de Estados Unidos en Argentina, que vendrían a sumarse a las más de tres decenas que existen en la actualidad en América Latina y El Caribe.
Nos asusta mucho dijo Boff que los Estados Unidos negocien con Mauricio Macri dos bases militares, una en la Patagonia, al sur, y otra en el norte, en los límites entre Brasil, Paraguay y Argentina.
La diputada opositora Alcira Argumedo señaló que no es casualidad el área escogida, una de ellas al lado del acuífero subterráneo de Guaraní, la tercera mayor reserva de agua dulce del mundo, y la otra en el sur, desde donde el Pentágono puede controlar la Antártida, otro gran depósito del preciado líquido, sólo que congelado.
De acuerdo con diversas fuentes, en la actualidad hay hasta 36 bases militares norteamericanas en nuestra región, que cumplen funciones de penetración, inteligencia, espionaje y control sobre nuestros pueblos y constituyen, además, una avanzada en caso de decidirse una intervención armada.
Esto ya ocurrió en Panamá en diciembre de 1989, cuando las fuerzas que bombardearon, mataron a miles de personas y ocuparon ese país centroamericano con el pretexto de capturar a un hombre, el general Antonio Noriega, salieron de las numerosas bases allí instaladas.
Entre las más conocidas están en Centroamérica la de Palmerola, en Honduras, donde se gestó el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya; la de Comalapa, en El Salvador; Liberia, en Costa Rica; la de Guantánamo, en Cuba, devenida campamento de prisioneros donde se practica la tortura y otras violaciones a los derechos humanos; Reina Beatríz, en Aruba, y Hatos, en Curazao.
En América del Sur hay siete enormes bases en Colombia, creadas con el pretexto de combatir el narcotráfico, pero desde donde se tiene control sobre casi toda Latinoamérica y El Caribe. A ella se agrega la de Mariscal Estigarribia, en Paraguay, con capacidad para alojar 20 mil efectivos.
Estas, repetimos, son las más conocidas, pero hay otras denominadas como micro bases, utilizadas para el avituallamiento de aviones y tropas en tránsito, como la de Iquitos, en El Perú.
El especialista Chalmers Johnson señaló que en la concepción geoestratégica de Estados Unidos, las bases asentadas en nuestra región cumplen el mismo papel que las colonias tenían para las metrópolis europeas en siglos pasados.
La intención de Estados Unidos en alianza con gobiernos derechistas de incrementar estas instalaciones es una afrenta para nuestros pueblos, que desde la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, celebrada en La Habana, Cuba, en enero de 2014 se declararon como una zona de paz, donde el diálogo sea la forma de resolver los conflictos y quede erradicada el uso, o la amenaza del uso de la fuerza.