POr: Roberto Morejón
Si bien prosigue en Cuba el asueto veraniego, maestros y directivos del sistema de educación organizan el próximo año lectivo, a iniciarse en septiembre, cuando continuará un fuerte movimiento para aumentar la calidad de la instrucción.
Los directivos del Ministerio cubano de Educación repasan los ajustes en las provincias, donde se enfatiza en la cobertura del personal docente.
Se trata de un problema NO resuelto totalmente, dada la salida de maestros hacia ramas de la economía y los servicios.
Sin embargo, algunas provincias comienzan a reducir los déficit de maestros y profesores e incluso otras, con la cobertura completa, envían personal hacia territorios con más dificultades como La Habana y Matanzas.
Con los profesionales disponibles al frente de las aulas será necesario consolidar los logros de un sistema educacional gratuito y con indudables aciertos, aun cuando padres, maestros y directivos coinciden en la importancia de trabajar en función de mayor calidad.
En la última semana de agosto se concentrarán los profesores para recibir una preparación intensiva a fin de hacer más viable el principio de prevenir con el trabajo educativo como base.
O sea, se tratará de que el personal docente, con la ayuda de la comunidad y los padres, tenga una apreciación adecuada de cómo marcha el aprendizaje de cada alumno y anticiparse a los problemas.
Los entendidos en la materia pedagógica aluden a la necesidad de que los claustros tengan una mayor percepción del riesgo y hagan un uso más apropiado del diagnóstico y la caracterización de cada estudiante.
Junto a la intensiva preparación de los pedagogos, el Ministerio cubano de Educación alista la base material de estudio con el apoyo de la industria editorial y otras instituciones.
Es cierto que las circunstancias materiales del país son difíciles por las restricciones energéticas, pero en Cuba los sistemas de educación y salud, entre otros, son priorizados.
De ahí que se garantice la matrícula de cerca de 30 mil docentes en Universidades para licenciarse en especialidades de Pedagogía como parte de los programas vigentes con el objetivo de calzar su superación.
Con ese adiestramiento será más viable la labor que los educadores desempeñan para perfeccionar la instrucción, elevar la cultura general integral de niños, adolescentes y jóvenes e impulsar la formación vocacional.
Los rectores de la educación y el país en general necesitan del aumento de las matrículas en las escuelas pedagógicas para calificar alumnos en todas las especialidades.