Este viernes se conoció la “renuncia” de su jefe de campaña, Paul Manafort, quien desempeñaba el puesto desde abril.¿Pretexto? Que años atrás lo incluyeron en una pesquisa por corrupción en Ucrania.
El propio Trump emitió ahora un comunicado para informar su dimisión.
De acuerdo a un despacho cablegráfico de la Associated Press (AP), el candidato presidencial republicano elogió a quien hasta el presente dirigió su cruzada.
Manafort se alejó después que, a partir de un cierto debilitamiento político de Trump, empezaron a recomponer su equipo electoral.
Al mismo tiempo, la prensa se hizo eco de la inauguración de varias estatuas de un Donald Trump completamente desnudo en cinco ciudades de Estados Unidos.
Por ejemplo, en Nueva York, el escándalo llegó a tal violencia que las autoridades se vieron obligadas a derribar la instalada allí.
¿Dónde más levantaron esa curiosa imagen?
Junto al caso de Nueva York en San Francisco, Los Ángeles, Cleveland y Seattle.
Ya circula un video en el que muestran cómo hicieron las singulares estatuas del candidato republicano.
Fue en estas circunstancias que Trump declaró a reporteros: “los medios son repugnantes y se irán al infierno”.
La CNN comentó el pasado martes que el candidato republicano es seguido a pie juntillas por los medios, y según las más recientes encuestas se encuentra por debajo de Hillary Clinton.
La televisora añadió que los ataques de Trump no tienen precedentes en la política estadounidense contemporánea.
CNN recuerda su última carta de recaudación de fondos a los seguidores que tituló: “Ahora tenemos dos oponentes”.
Claro dardo contra la candidata presidencial del Partido Demócrata y órganos periodísticos de su país.
El texto indica, entre otras cosas, no podemos facilitar que los medios se salgan con la suya, debemos responder atacando.
Trump no se detuvo este fin de semana y volvió a cargar contra los medios, al decir a presentes en sus mitines:
“No estoy contendiendo contra la deshonesta Hillary, estoy contendiendo contra los medios deshonestos”.
El domingo escribió algo que se presta a diversas y muy polémicas interpretaciones.
“¡No es libertad de prensa cuando se permite que los periódicos y otros digan y escriban lo que quieran, incluso si es completamente falso!”.
Sin quererlo, Trump desnudó la esencia de lo que en su país denominan libertad de prensa, tal y como ha demostrado durante más de medio siglo el trato dispensado allí a los casos de Cuba, Venezuela y otras naciones.
Si por violar el mandamiento bíblico de “no mentir” fuesen juzgados, arderían un millón de años en lo que llaman el Infierno.
Por Nicanor León Cotayo/Cubasi