por Guillermo Alvarado

Casi nueve meses dura ya la crisis política en España tras la debacle del bipartidismo en las dos más recientes elecciones parlamentarias y la imposibilidad de formar un nuevo gobierno que sea capaz de llevar al país por la senda del desarrollo con justicia social, como reclama la mayor parte de la sociedad en ese país europeo.

Aunque el conservador Partido Popular, PP, encabezado por Mariano Rajoy, fue la formación más votada en las dos citas con las urnas, no consiguió la cantidad suficiente de diputados para integrar un nuevo ejecutivo en solitario y todas las intentonas por concretar una coalición quedaron en papel mojado.

Ni el centro derechista Partido Socialista Obrero Español, PSOE, ni la reciente organización neoconservadora Ciudadanos, mostraron ninguna voluntad de asociarse con el PP, acosado por varios escándalos de corrupción, el último de ellos detonado hace pocos días.

O es que Rajoy no entiende, o es que no puede hacer otra cosa por sus compromisos politiqueros, pero a todo el mundo le llamó la atención su insistencia en proponer para un alto cargo en el Banco Mundial a su exministro José Manuel Soria, quien debió renunciar al cargo en el ejecutivo cuando se comprobó que había mentido en el caso de los Papeles de Panamá.

A pesar de esto Rajoy intentó colarlo en el Banco Mundial, lo que le atrajo virulentas críticas, no sólo de la oposición, sino de su propio partido.

Este incidente no hace sino empedrar aún más el camino del líder del PP para su reelección, algo que ya se ve como remoto.

En estos momentos la única salida real al laberinto político es que el PSOE se llame a la cordura y acepte formar un gobierno en alianza con la coalición progresista Unidos Podemos, apoyados por los nacionalistas vascos y catalanes.

Precisamente el secretario de organización de Podemos, Pablo Echenique, llamó al PSOE a dejarse de “paripés y reuniones” que no conducen a ningún sitio, y atreverse a formar un gobierno que atienda a las necesidades de la población española, que está esperando, agregó, hechos y no gestos.

Cuando la gente reclama reformas no desea llamadas telefónicas, fotos ni más teatros, dijo Echenique y llamó al líder de ese partido, Pedro Sánchez, a construir una verdadera alternativa al PP.

El caso es que luego del fiasco de dos elecciones, la de diciembre de 2015 y junio de este año, los españoles están cansados de tanto ir y venir, sin resultados a la vista y con casi nueve meses de gobierno provisional.

Recordemos que el pasado viernes Rajoy fracasó en un nuevo intento de lograr la investidura como presidente del gobierno, lo que casi lo saca de la jugada, pero como aún no se avizora otra solución esto muy bien podría desembocar en una tercera convocatoria a elecciones, donde el panorama no es más halagüeño y la política española se convertiría, como han advertido algunos, en el hazmerreir de la Unión europea.