por María Josefina Arce
Próximo a cumplirse dos años de la desaparición forzada de 43 estudiantes de Ayotzinapa, en el estado mexicano de Guerrero, el hecho que enlutó a la sociedad mexicana y conmocionó al mundo sigue sin respuestas.
Los padres de los jóvenes preparan nuevas marchas en el aniversario del lamentable suceso, el venidero día 26, para denunciar la inoperancia de las autoridades en el esclarecimiento de los acontecimientos que evidenciaron la impunidad de la policía
Caravanas provenientes de varios estados se dirigen a Ciudad de México para la realización de una megamarcha, que nuevamente reclamara justicia.
Los familiares han denunciado en reiteradas ocasiones que el ejecutivo, encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto, no cumplió con la promesa de mantener a los expertos internacionales mientras se descubre la verdad sobre los hechos ocurridos en el 2014.
Por demás han cuestionado la versión oficial de la Procuraduría General de la República, que para muchos solo reflejó los intentos de las autoridades de cerrar un caso, aún inconcluso.
El hecho es que después de numerosas detenciones, pruebas contradictorias y densos informes periciales, la Fiscalía aseguró que los estudiantes fueron detenidos por la policía local, entregados al cartel de los Guerreros Unidos e incinerados en el basurero de Cocula, municipio colindante a Iguala.
Esta versión oficial fue desmentida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que afirmó que los jóvenes no pudieron ser incinerados en el basurero.
Los expertos señalaron que en el lugar no hay evidencia de que se haya quemado ni un solo cuerpo, lo que desmiente la versión de algunos implicados.
Los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos aseguran que solo errores, mentiras, contradicciones y ocultamientos han caracterizado las investigaciones oficiales sobre los hechos que involucran hasta el momento al entonces alcalde de Iguala, José Luis Abarca y a su esposa, a la policía y al grupo narcotraficante.
La realidad es que los desaparecidos no aparecen, muchas interrogantes aún se mantienen y no han pagado todos los responsables del triste suceso que dejó al descubierto la gran corrupción imperante en el país y que aún sigue ensombreciendo a la sociedad mexican, que reclama justicia y verdad.