Por: Guillermo Alvarado
De acuerdo con los observadores y organizaciones humanitarias se mantiene en Siria una frágil tregua auspiciada por Rusia y Estados Unidos en el segundo intento realizado este año para poner fin al conflicto armado en la nación levantina, alimentado por la injerencia de países occidentales que buscan deponer al legítimo presidente Bachar Al Assad.
El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdel Rahma, señaló que la situación está tranquila en las regiones de Damasco, Alepo e Idlib, que son algunos de los principales escenarios del enfrentamiento entre los grupos armados opositores y el ejército gubernamental.
Después de una reunión con su homólogo de Estados Unidos, John Kerry, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, demandó la búsqueda inmediata de una solución negociada a la crisis en Siria.
Resulta inaceptable alargar aún más el inicio de un proceso político entre los sirios para el fin del conflicto, consideró el funcionario, quien llamó a todas las partes involucradas en el enfrentamiento a sentarse a la mesa para conversar.
El fin de semana Lavrov y Kerry acordaron en Ginebra un paquete de cinco medidas para contribuir a aliviar la situación, entre las cuales se incluye el refuerzo al alto al fuego y el comienzo de la distribución de ayuda humanitaria para la población civil.
La ONU afirmó estar dispuesta a participar en la entrega de suministros indispensables, si bien exigió garantías para su personal.
El pacto también incluye fortalecer las acciones militares contra las organizaciones extremistas, como el denominado Estado Islámico y el frente Al Nusra, para eliminarlos, así como la creación de una zona desmilitarizada en los alrededores de la ciudad de Alepo, donde el gobierno de Al Assad lucha desde hace varias semanas por expulsar a los terroristas.
Si bien el plan es una contribución positiva para lograr la paz en Siria, uno de los principales puntos del conflicto no se abordó, como es el reconocimiento de occidente a la legitimidad del gobierno de Damasco.
Mientras Rusia mantiene un contacto permanente con Al Assad y coordina con su ejecutivo todas sus acciones contra los extremistas, Estados Unidos y otras potencias occidentales desconocen su autoridad y actúan por su cuenta, además de mantener su propósito de derrocar al jefe de Estado Sirio.
Otro factor que incrementa la inestabilidad es la intervención de Israel que comenzó a realizar operaciones militares en las cercanías de los Altos del Golán, zona ocupada desde 1967 por el régimen judío.
Las fuerzas armadas sirias informaron del derribo de un avión israelí, así como de un aparato no tripulado, en esa zona.
El caso es que la única solución realista a este complicado conflicto, que ha costado entre 200 mil y 300 mil muertos y millones de desplazados, dentro y fuera de Siria, es una negociación seria, lo que pasa por el fin de la intervención unilateral de potencias occidentales y el reconocimiento a la legitimidad del presidente Bachar Al Assad, como condiciones indispensables.