por María Josefina Arce

Desde finales del pasado mes en Colombia rige un cese del fuego, como parte del acuerdo de paz entre el gobierno y las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias-Ejército del Pueblo logrado en Cuba, una nación que desde hace más de cincuenta años defiende la paz y estabilidad internacional.

Por años La Habana fue escenario de las conversaciones entre las autoridades colombianas y la guerrilla, quienes han destacado el papel asumido por la Mayor de las Antillas en este proceso que ha puesto fin a más de medio siglo de un conflicto interno que desgastó a esa sociedad.

El Alto Comisionado de Paz de Colombia, Sergio Jaramillo, reconoció la seriedad y el profesionalismo con que Cuba manejó -como país garante y sede del dialogo- el curso de las conversaciones que llevaron a las partes a un acuerdo final.

Debemos hacer un homenaje a Cuba por la seriedad y el profesionalismo con el que manejó el proceso. Esto no hubiera funcionado en otro país, explicó.

Para muchos también fue esencial la confianza que tanto las autoridades colombianas como las fuerzas insurgentes depositaron en las autoridades locales, que con su accionar confirmaron su compromiso con la estabilidad mundial.

El archipiélago ha defendido en numerosas ocasiones en los organismos internacionales el derecho a la paz como una condición fundamental para el disfrute de todos los derechos humanos, en particular el derecho a la vida.

Resulta inaceptable, ha reiterado, que en el mundo actual se gaste cada vez más en medios para hacer la guerra y menos en la promoción del derecho al desarrollo.

Desde el triunfo revolucionario de enero de 1959 Cuba ha mantenido una postura diplomática y política a favor de la construcción de la paz en el mundo y de manera particular en América Latina, reconocida a nivel internacional por personalidades y organismos.

Su vocación pacifista se ha visto materializada con la ayuda que brinda a múltiples naciones del planeta para garantizar los más elementales derechos humanos como la salud y la educación.

Ni el férreo bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos durante más de medio siglo ha podido con ese espíritu fraternal y solidario de los cubanos, que se encuentran en los lugares más intrincados de la geografía latinoamericana llevando salud y educación a los sectores más humildes.

De su accionar a favor de la seguridad internacional habla por si solo el hecho de que como presidenta pro tempore de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, promovió las buenas relaciones entre los países miembros.

Fue precisamente en La Habana en enero de 2014 donde se declaró a América Latina y el Caribe como zona de paz, un compromiso que Cuba asumió como propio.

Con su postura seria, responsable, respetuosa y comprometida con el bienestar no solo de su pueblo, sino de otras naciones, Cuba aportó su experiencia y también hizo posible que se lograra un histórico acuerdo de paz que pusiera fin a un conflicto armado en Colombia para que ese país transite por la vía de la paz y la prosperidad.