Por: María Josefina Arce
Llevar el desarrollo económico y social a todo el territorio nacional es un compromiso del presidente de Bolivia, Evo Morales, empeñado en saldar una vieja deuda con aquellas regiones del país que durante décadas fueron olvidadas por los gobiernos neoliberales.
Es así que nace el programa “Bolivia cambia, Evo cumple”, con el fin de ejecutar obras que mejoren las condiciones de vida y atiendan rápidamente las demandas de desarrollo social de las comunidades rurales y de los barrios periféricos.
En seis años ha favorecido a nueve departamentos del país andino con más de siete MIL proyectos en los sectores de deportes, educación, equipamiento comunal, infraestructura vial, desarrollo productivo, riego, salud y saneamiento básico.
La realización de esas obras ha sido posible gracias a la nacionalización de los hidrocarburos y la recuperación de las compañías estratégicas, como Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, la Empresa Nacional de Electricidad y la de Telecomunicaciones, cuyas ganancias se quedan ahora en la nación para beneficio del pueblo.
El programa también ha llegado al departamento del Beni, que con cuantiosos recursos naturales y ricas tierras que propician variados cultivos, era objeto de saqueos por las transnacionales extranjeras y sufrían el abandono de los gobiernos neoliberales antes de la llegada de Morales a la presidencia en 2006.
En los últimos años el gobierno ha incentivado las inversiones en esa zona para convertirla en un importante polo de desarrollo de todo el país. Es así que hasta 2015 en el Beni se financiaron 405 proyectos en diferentes municipios, con un total de 611 millones de bolivianos de inversión provenientes del programa gubernamental “Bolivia cambia, Evo cumple”
Ahora las autoridades promueven el desarrollo de su infraestructura vial, para facilitar el traslado de los ciudadanos a los distintos municipios y a otros departamentos.
Es así que una de las obras de ingeniería civil con carácter geopolítico es precisamente la carretera que enlazará Trinidad, capital departamental, con el municipio de Guayaramerín.
Los cerca de 680 kilómetros de extensión requerirán un desembolso de mil 286 millones de dólares y unirá además a cinco provincias.
También se construyen viales para integrar al territorio beniano con el departamento de La Paz, con el fin de crear corredores de exportación e importación de productos.
Señalan las autoridades que con pocas vías asfaltadas, el departamento aporta hoy un tres por ciento de la riqueza nacional, cifra que podría elevarse a 15 y 20 por ciento al poder enlazarse la región con otras áreas de Bolivia.
El gobierno del presidente Evo Morales aspira a que el departamento del Beni sea en un futuro cercano un centro de producción de madera, alimentos y azúcar, y desarrolle actividades como la piscicultura, ganadería y la agricultura a escala industrial.
Esta meta se inscribe en la estrategia gubernamental de llevar el desarrollo a cada rincón de la geografía boliviana y elevar así, la calidad de vida de cada ciudadano del país, sin ningún tipo de exclusión.