Por Nicanor León Cotayo
Un relevante columnista del Nuevo Herald, Daniel Shoer Roth, volvió a formular el pasado sábado una caracterización de su querida ciudad.
Circuló bajo el titulo: “Mi deseo para Miami: la regla de oro”.
Casi al mismo tiempo, el portal Wallet Hub, que examina el comportamiento de las finanzas personales, valoró el caso de las 100 localidades más pobladas de Estados Unidos.
¿Conclusión? pregunta Shoer Roth, y se auto contesta: que Miami y Hialeah muestran, entre todas, la peor situación.
Ellas cayeron, puntualiza el columnista, “en el fondo del abismo” con las posiciones 93 y 92, respectivamente, en la nómina de comunidades más solidarias y cariñosas.
¿Qué parámetros midieron? Tasa de personas sin hogar que van a refugios, tiempo dedicado a actividades voluntarias, porcentaje de ingresos donados a obras caritativas.
Junto a eso, índices de pobreza infantil y adopciones, así como la propensión a hacer favores a los vecinos.
Luego Daniel Shoer Roth sintetiza lo que, según él, fue 2016 para ellos:
“Un año duro en lo referente a la violencia armada juvenil, la exclusión social de las minorías, las muertes por sobredosis de drogas, la violencia doméstica, el repunte de la población sin techo, la erosión de los ingresos, la carencia de oferta de vivienda asequible y la conducta arbitraria de la ciudadanía”.
Para muestra dos botones en el Sur de Florida: Nochebuena, un hombre armado amenazó matar a sus vecinos, “uno por uno”, debido el volumen de la música y los fuegos artificiales.
Qué distinto hubiera sido, escribe el periodista, tocar la puerta, saludar gentilmente y confesar no poder dormir a causa del ruido.
En un centro comercial, la dependiente de una tienda que estaba cerrando propinó un puñetazo a una turista aparentemente ebria, que en su pesadez por entrar le vació una botella de agua encima.
Qué distinto hubiera sido reaccionar con cordura, cerrar la puerta y esperar a la Policía.
Ante esta realidad, mi lista de deseos de Año Nuevo para Miami, conocida como la Regla de Oro, exige imaginación moral para “ponernos en los zapatos de otros”.
Finaliza así el artículo de quien ha sido un confeso y ardiente partidario del titulado modo de vida norteamericano.
O sea, el que asomó Shoer Roth en su muestra cuando desnudó algunas crudas realidades de Miami.
(Tomado de Cubadebate)