por Edmundo García*
Los terroristas anticubanos de Miami se envalentonan cada vez que creen que los acontecimientos les favorecen y entonces salen a la luz pública. Típico de abusadores. Es la lógica del cobarde, que solo ataca cuando está en grupo y no da a otra persona la posibilidad de ripostar.
Los terroristas antipatriotas de Miami sienten, habrá que ver después del 20 de enero si con fundamento o no, que el presidente electo Donald Trump les va a consentir sus viejas y violentas fechorías. Quizás creen que tienen motivos. Como es bien sabido para hacer campaña en la comunidad cubana de Miami Trump escogió la casa de la Brigada 2506, perteneciente a los mercenarios que desembarcaron por Playa Girón para convertirse en una traidora punta de lanza que justificaría la intervención de una potencia extranjera en territorio libre y soberano de Cuba. Los mercenarios fueron derrotados en pocas horas por el pueblo cubano dirigido por Fidel. Después afrontaron un limpio proceso penal y la mayoría de ellos fueron cambiados por tractores y alimentos.
Esos mismos mercenarios le entregaron recientemente un reconocimiento a Trump, que este agradeció.
De la visita hecha por Trump a la casa de la Brigada 2506 en Miami los terroristas han concluido que volverán a recibir apoyo para realizar acciones armadas contra Cuba; y así lo patentizó el criminal Luis Posada Carriles (miembro de la Brigada 2506) cuando visitó un conocido restaurante de la Calle 8 para participar en la vergonzosa celebración con que un pequeño y resentido grupo quiso responder las muestras de respeto y admiración del pueblo cubano tras el fallecimiento físico del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana.
Trump también envalentonó a los terroristas de Miami cuando en el discurso de agradecimiento por la victoria en la ciudad de Orlando pronunció frases imprecisas pero de connotación intervencionista sobre Cuba, como aquella de “no se preocupen, sabemos lo que hay que hacer para liberar a los cubanos”. ¿Qué es lo que hay que hacer? Para la mente calenturienta de los terroristas de Miami, Trump les estaría reabriendo la puerta al ejercicio de la violencia contra la Revolución Cubana. No afirmo ni niego definitivamente, por ahora, que ese sea el mensaje de Trump; solo digo que es la interpretación que algunos le dan en Miami.
Por otra parte esas amenazantes frases respecto a Cuba son contraproducentes, si tenemos en cuenta que en ese mismo discurso en Orlando Trump critica por inútil al intervencionismo militar de Estados Unidos en el Medio Oriente. ¿De verdad Trump va a dejar de creer en los servicios de inteligencia de EEUU que dicen que Cuba no ofrece peligro a la seguridad nacional del país, para hacerle caso a un piquete vengativo y falseador?
Pero lo más grave ha ocurrido recientemente, después que Estados Unidos decidiera abstenerse y no ejercer su poder de veto sobre la resolución de la ONU contra los asentamientos israelíes en Palestina; que como resultado de ello fue aprobada 14 votos a favor, más la referida abstención. Al conocer la noticia sobre la votación, Trump escribió en su cuenta de twitter varios mensajes contra el funcionamiento de la ONU, a la que calificó de organización inútil que solo sirve para gastar en “gente que la pasa bien”.
Aunque muchos países, entre ellos Cuba, consideran que la ONU es perfectible, mejorable, la ira de Trump contra la organización fue utilizada por algunos grupos en Miami para hacer apología del terrorismo. En particular el autotitulado Movimiento Nacionalista Cubano (MNC) sacó a relucir que antes de Trump ya ellos habían sido críticos con la ONU, aunque nadie les había escuchado. En un mensaje a nombre de dicho MNC se recordó que el 11 de diciembre de 1964 se lanzó desde la barriada de Queens, en Nueva York, un proyectil de bazuca contra la ONU, mientras hablaba el Comandante Ernesto Che Guevara. El disparo no tuvo éxito, pero se hizo, y hay información en ediciones del periódico The New York Times de la época.
Por ese atentado fueron detenidos y llevados a juicio los connotados terroristas Guillermo e Ignacio Novo Sampol; que también se habían atrevido a penetrar en la sala de Naciones Unidas mientras sesionaba, con el objetivo de infundir miedo entre los delegados. El llamado MNC ha querido ver en la elección de Trump un nuevo momento de alza para las acciones violentas y el ejercicio del terrorismo, y ha reivindicado como sus héroes a los terroristas Novo Sampol.
En el año 1980 una corte del Distrito de Columbia escuchó la causa ESTADOS UNIDOS VS. NOVO SAMPOL por el asesinato del diplomático chileno Orlando Letelier; lo que no bastó para impedir que los terroristas siguieran con sus planes.
Este hecho es solo el punto más escandaloso de un ambiente derechista que se ha despertado en Miami tras la victoria de Trump; que incluye en su agenda el regreso a los tiempos de George W. Bush, y a otros más lejanos de grosero gansterismo en el sur de la Florida. La censura y el piqueteo contra artistas cubanos, los intentos por boicotear los viajes a Cuba, las amenazas y ofensas públicas a quienes quieren una normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, están de vuelta junto a la apología del uso terror con fines políticos.
Agrava esta situación que la prensa dominante y vendida al establishment de Miami, esa que falsea las noticias y miente (por cierto, lo mismo que dice Trump de la prensa nacional: que miente y se vende al establishment), en lugar de criticar el fundamentalismo contrarrevolucionario y anticubano encuentra que sus acciones son una especie de regalo para encender la confrontación desde sus manipuladores titulares.