Chilenos enfrentan el infierno

Editado por Maite González Martínez
2017-01-28 06:42:35

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Foto/Reuters

Por Guillermo Alvarado

Una extensa región de más de 290 mil hectáreas de territorio en el centro y sur de Chile quedaron reducidas a cenizas y escombros, en un paisaje apocalíptico creado por los peores incendios forestales en la historia de esa nación sudamericana, que ya costaron la vida a diez personas.

Las mil viviendas de la localidad de Santa Olga desaparecieron bajo las llamas en cuestión de pocas horas y afortunadamente de sus seis mil habitantes sólo uno perdió la vida cuando el infierno se abatió sobre ellos.

En otras pequeñas comunidades de Maule, al sur de Santiago de Chile, se logró evacuar a todas las personas y no hay pérdidas humanas que lamentar, pero los daños ocasionados por el fuego son elevados, declaró la presidenta Michelle Bachelet.

Nuevos focos, sin embargo, amenazan la aglomeración de Gran Concepción, donde viven alrededor de un millón de personas.

Las condiciones meteorológicas no ayudan a combatir este flagelo pues los vientos fuertes continúan soplando y las temperaturas son muy elevadas, superiores a los 38 grados, lo que hace persistir la sequía.

Esta semana la capital chilena registró un récord histórico de 37,4 grados centígrados y ya en esa urbe las condiciones atmosféricas se están degradando debido a la extensa nube de humo causada por los incendios, que están provocando pérdidas económicas incalculables, de acuerdo con recientes declaraciones del ministro de Agricultura, Carlos Furche.

Un balance de la Corporación Nacional Forestal indica que de los 142 focos declarados, 51 están bajo control y 14 fueron extinguidos, pero aún quedan muchos activos. Los datos señalan que dos policías, dos bomberos, tres guardias forestales y tres habitantes de las zonas afectadas murieron.

Todavía no existe una versión exacta acerca del origen de este siniestro de grandes proporciones, pero se investiga si hubo fuegos provocados al principio de la tragedia y las autoridades realizaron algunas detenciones.

Las imágenes difundidas por los medios de comunicación dan cuenta de la enorme magnitud del desastre y traen a la memoria aquellos momentos de la infancia del poeta Pablo Neruda, cuando en su mente quedó grabado cómo las llamas destruían con frecuencia las casitas de madera de Temuco, donde vivió sus primeros años.

Hasta el momento más de cinco mil personas, entre carabineros, bomberos, militares, guardias forestales y civiles voluntarios participan en la lucha contra las llamas, en un esfuerzo colosal por evitar que el daño se extienda aún más.

También se comenzó a movilizar la ayuda internacional y expertos de Francia, Colombia, Perú, Argentina, España, Estados Unidos, Rusia y Brasil están ya en territorio chileno para ofrecer su contribución ante esta emergencia nacional.

La pérdida de vidas humanas y de valiosas especies de la flora y la fauna en estos gigantescos incendios son un llamado universal a brindar un mayor cuidado a los bosques, proteger el medio ambiente y recordar una vez más que la naturaleza es el único entorno donde nuestra especie puede existir, reproducirse y desarrollarse.



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