por Roberto Morejón
Las llamadas PETROCASAS, con tecnología venezolana, se distinguen en algunas regiones de Cuba, porque se levantaron como parte de la ayuda ante el paso de huracanes por el archipiélago caribeño.
En el extremo oriental de Cuba, trabajan afanosamente técnicos venezolanos y obreros locales para que Maisí, uno de los cinco municipios más afectados por el huracán Matthew, disponga de un flamante barrio con residencias de ese tipo.
Recordemos que el fenómeno meteorológico afectó el 72 por ciento del fondo habitacional de Yateras, San Antonio del Sur, Imías, Baracoa y Maisí, aunque en este último municipio los daños a la vivienda superaron el 90 por ciento.
Los cubanos, con apoyo venezolano, construyen las primeras PETROCASAS de medio millar donadas por la Revolución Bolivariana, solidaria, como siempre, al desatarse desastres naturales en el país caribeño.
Fabricadas con policloruro de vinilo y paneles plásticos con un interior fundido en concreto, las PETROCASAS se incluyen en el programa social “Barrio Nuevo tricolor” que le facilita a muchos venezolanos techo, muebles sanitarios, carpintería y pintura.
En el caso de las moradas de Maisí, tendrán características antisísmicas, protección contra el fuego, resistencia al salitre y mantendrán una temperatura interna inferior a la de las tradicionales.
Las PETROCASAS se levantaron en otras regiones de Cuba con algunas adaptaciones, como en la comunidad “Simón Bolívar”, en la surcentral ciudad de Cienfuegos, la primera surgida en este país con ese tipo de tecnología.
Nueve años después de fundado, el asentamiento permanece incólume para orgullo de sus vecinos, entre ellos trabajadores de una cercana refinería de petróleo, profesores, deportistas y personas con apremios sociales.
Valoradas como confortables, las residencias se localizan igualmente en la península de Guanahacabibes, Cortés y Los Palacios, en la provincia de Pinar del Río, azotada por un huracán.
La República Bolivariana de Venezuela dio ayuda a esa punta de Cuba tras los embates de los huracanes Isidore y Lili en 2002.
En esa ocasión, los venezolanos apoyaron la construcción de un poblado pinareño de Sandino que dio abrigo a centenares de familias damnificadas.
También se levantan PETROCASAS en la oriental Santiago de Cuba, si bien allí sufrieron daños menores cuando cruzó el poderoso huracán Sandy en 2012.
Los fuertes vientos causaron destrozos totales o parciales a 172 mil viviendas edificadas con técnicas tradicionales en Santiago de Cuba.
Para los beneficiados con la ayuda y los cubanos en general, la asistencia de Venezuela en materia de viviendas constituye una muestra de respaldo que merece gratitud y compromete al cuidado de los inmuebles.