por Nicanor León Cotayo
A periodistas de importantes medios de Estados Unidos les bloquearon la posibilidad de reunirse con el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer.
Sucedió este viernes, de manera insólita, luego de haber sido convocados para llevar a cabo tal encuentro.
Así lo reportó desde Nueva York la comentarista Carolina M. Adalid, quien citó entre esos medios a The New York Times, la BBC, Político, Los Angeles Times y la cadena CNN.
Según Adalid el hecho tiene lugar en el contexto de la “guerra” que la administración Trump despliega contra los medios.
Ella opina, como muchos observadores, que esa embestida oficial va en aumento.
La frustrada reunión de esta semana con el vocero Spicer tiene ahora un carácter informal y sustituye a la que se hacía con preguntas y respuestas entre el portavoz del presidente y esos “corresponsales políticos”.
Carolina Adalid recuerda que el tropezón de este viernes se produjo horas después que Trump volviese a arremeter contra la prensa.
A esta última él gusta resumir como “los medios deshonestos”, enemigos del pueblo estadounidense.
Expertos recuerdan que esa cruzada anti periodística no es nueva, pues ha sido llevada a cabo desde su etapa de pre-candidato presidencial republicano.
Trump intenta suavizar la expresión “enemigos” diciendo que va dirigida a quienes producen falsas noticias.
A esa condición suma a fuentes para las que trabajan periodistas no autorizados este viernes a reunirse con el vocero presidencial.
¿En qué momento habló así quien tanto va arrinconando la actividad de sus hombres y mujeres de la prensa?
Según escribió Carolina Adalid, ante una audiencia “que aplaudía sus comentarios sobre los medios” no representativos de la gente.
Otras informaciones apuntaron que sí acudieron al encuentro con Spicer periodistas de otros medios con menos alcance y de corte más conservador.
Además pasaron el control de acceso cadenas como ABC, ABC, CBS, NBC y Fox, así como la agencia británica Reuters.
No obstante, otra portavoz oficial, Stephani Grisham, se atrevió a negar que hubo un bloqueo a determinados medios.
Pero, según The Hill, una publicación con sede en Washington, también impedida de asistir, la selección de periodistas fue hecha “a dedo”.
Voceros de varias organizaciones manifestaron que algunos recibieron invitaciones para el encuentro, pero otros no.
A estos últimos, denunció Carolina Adalid, miembros del Servicio Secreto los “invitaron” a abandonar la zona.
Dos entidades, la agencia noticiosa AP y la revista Time, decidieron no participar en el encuentro como expresión de solidaridad con los discriminados.
Junto a ello, la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca formuló su rechazo por lo sucedido.
Jeff Mason, su presidente, dijo a la CNN: “no estamos satisfechos" cómo se ha manejado el encuentro.
El director ejecutivo de Time, Dean Baquet, recordó que “nunca antes” había ocurrido algo así durante su historia cubriendo informaciones bajo diferentes gobiernos”.
Hace muchos años que la propaganda de Washington se ha referido a la libertad de prensa y enjuiciado severamente a otros países.
Pero ahora, como botón de muestra, Estados Unidos escoge rigurosamente quiénes participan o no en una reunión con el vocero del presidente.
Y esto, cuando sus nexos con la prensa se encuentran sumergidos en un profundo caos, he ahí cómo funciona una democracia en muletas.