por María Josefina Arce
ONU Mujeres estima que los países de América Latina y el Caribe han asumido importantes compromisos en lo que se refiere a los derechos de ese sector poblacional. De hecho todos han ratificado la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.
Asimismo, la participación de las mujeres en los mercados laborales de la zona ha aumentado en forma importante durante los últimos años, de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo que, no obstante, reconoce que se mantiene una persistente brecha de ingresos.
También últimamente se han logrado avances en lo referente a la violencia doméstica con la adopción de leyes integrales destinadas a proteger a las féminas.
Aunque es esta sin dudas, una asignatura todavía pendiente en buena parte de la región, la elección por ejemplo, para ocupar la secretaría general de la AEC, Asociación de Estados del Caribe, de June Summer, embajadora de la Santa Lucía, muestra que la mujer se va abriendo camino.
Su nombramiento ha sido considerado como un hecho de suma importancia que abre un protagonismo femenino en un espacio de toma de decisiones en la región como es la AEC, un mecanismo que busca fortalecer, utilizar y desarrollar las capacidades colectivas del Caribe para avanzar en un desarrollo sostenible.
Asimismo, es un paso para favorecer no solo el papel de las mujeres, sino también de las niñas y adolescente en este nuevo contexto social de integración y participación.
Por demás, en naciones miembros de este bloque se ha trabajado a favor de la plena incorporación de las féminas a las distintas aristas de la vida socioeconómica y en la eliminación de trabas para su acceso a los servicios públicos.
En Nicaragua, por ejemplo, las mujeres caribeñas tanto en la Región Autónoma del Atlántico Norte como la Sur han sido favorecidas con programas sociales implementados por el gobierno del presidente Daniel Ortega, entre los cuales están Usura Cero y Plan Techo, que promueven condiciones de vida digna.
Además de beneficiarse con la atención médica gratuita, las féminas residentes en esa zona se ven favorecidas con otras iniciativas gubernamentales como jornadas salud, en la que reciben atención ginecológica, y de medicina interna y la entrega sin costo algunos de medicamentos.
Venezuela, por su parte, ha dado pasos agigantados en materia de seguridad y equidad de género. Con la Revolución Bolivariana se abrió el camino para dignificar y enaltecer a mujer, siendo la creación del Institución Nacional de Mujer un paso fundamental en ese sentido, lo que dio origen posteriormente a la creación del Ministerio para la Mujer y la Igualdad de Género, en 2009.
A través de ese ministerio se canalizan las políticas sociales que impulsa el Estado venezolano en distintas materias como: educación, salud, trabajo, cultura, deporte, que garantiza a este sector la protección de los derechos constitucionales.
Cuba, que ocupa desde el 2016 la presidencia pro témpore de la Asociación de Estados del Caribe, es una referencia a nivel mundial de cuánto se ha trabajado a favor de las mujeres. De hecho, las niñas superan a los niños en las matrículas de los niveles secundario y terciario.
De los graduados universitarios las mujeres son más del 63% y el país cairbeño ocupa uno de los primeros lugares en el mundo por la representación femenina en el Parlamento.
Jamaica eliminó la restricción al trabajo nocturno de las mujeres que existía desde 1942 y México estableció la deducción fiscal por pagos por concepto del cuidado infantil, al tiempo que en Surinam se otorgó a las mujeres los mismos derechos que a los hombres de transmitir la nacionalidad a sus esposos e hijos.
Avances hay sin duda en el Caribe, pero todavía persisten desigualdades y patrones que le niegan a las mujeres cumplir el papel que está llamada a desempeñar en el desarrollo de las naciones del área.