Por Luis A. Montero Cabrera*
Todos tenemos nuestra propia visión del universo, del país, de la sociedad que nos rodea y de sus hechos, problemas y oportunidades. Esa visión puede ser más o menos común con la de los demás, pero es claramente independiente, nos pertenece únicamente como individuos.
Su expresión pública es modulada por nosotros mismos. La conveniencia más importante de esa modulación debería ser la de que expresemos nuestra visión de cada objeto de la forma más comprensible y útil a los demás, a la sociedad: “… ser tratado y tratar a los demás como seres humanos”, “… no mentir jamás ni violar principios éticos”, nos decía Fidel cuando definía a la Revolución[1].
Nunca puede olvidarse, sin embargo, que será siempre única y esencialmente nuestra visión y que no tiene que ser necesariamente la más acertada, ni la más conveniente para todos.
Cuando esta es la base del razonamiento se pueden establecer consensos que sean apropiados, o al menos aceptables, para la mayoría y sin que alguien las rechace. En esto también Fidel nos enseñó, expresando sus visiones de la política, la sociedad, la vida, de una forma clara y asociada con nuestras conciencias e intereses básicos.
¿Por qué es necesario en una sociedad el cultivo del saber, del conocimiento, de la cultura? ¿Cómo expresar la forma en que cada uno de nosotros ve el lugar que estos valores humanos ocupan en nuestra sociedad y en nuestro bienestar? Cuando hablamos de ciencia nos referimos a la búsqueda de nuevos conocimientos a partir de la investigación y la modelación teórica.
Cuando nos referimos a la tecnología es para encontrar o desarrollar los procedimientos que puedan convertir conocimientos, cualesquiera que sean, en utilidades para los seres humanos. La innovación que queremos entender aquí es muy abarcadora y comprende todo lo de revolucionario que debe tener cualquier acción transformadora de nuestro entorno sobre la base del saber.
Aventurémonos entonces a exponer, someter a apreciación y crítica, algunos tópicos que podrían representar oportunidades para la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) en nuestra Cuba de hoy, aunque siempre pensando en la del mañana. Así hicieron nuestros mejores mayores. Esperemos que estos tópicos provoquen interés, deseos de aportar más y hasta controversia, para que queden mejor.
Imaginemos que Cuba dispusiera de una agencia con fondos que financien directa, efectiva y específicamente las CTI. Imaginemos también además que tal financiamiento se pudiera usar sin trabas formales, adquiriendo u obteniendo todo, absolutamente todo, lo que sea necesario y cuando sea necesario, con el único límite en el monto de dinero disponible.
Si esta organización existiera y sus fondos se pudieran usar de esa forma, todos los que demuestren que pueden resolver algún problema científico o tecnológico dado tendrían acceso a recursos (de consumibles, de inversiones y de mano de obra) en cualquier parte para llevar adelante una acción de investigación, de desarrollo tecnológico o de innovación.
Se trata, ni más ni menos, que de cumplir con el lineamiento 101 del Partido Comunista de Cuba[2] cuando expresa: “…Asegurar el respaldo económico-financiero de cada sistema [de ciencia, tecnología, innovación y medio ambiente] en correspondencia con la naturaleza y objetivos de sus actividades”.
No tiene que ser necesariamente en una universidad o un centro de investigaciones, aunque si preferiblemente. En ese caso, tal organización tendría que guiarse por prioridades que establezcan a cuáles iniciativas dar más y a cuáles dar menos recursos.
¿Cuáles pueden ser esas prioridades? Los propios lineamientos se pronuncian por varias: “…la biotecnología, la producción médico-farmacéutica, las ciencias básicas, las ciencias naturales, las ciencias agropecuarias, los estudios y el empleo de las fuentes renovables de energía, las tecnologías sociales y educativas, la transferencia tecnológica industrial, la producción de equipos de tecnología avanzada, la nanotecnología y los servicios científicos y tecnológicos de alto valor agregado” en el número 102.
Todos estamos invitados a este ejercicio intelectual y creativo de imaginar lo que podríamos tener si lo creamos con nuestro saber, teniendo en cuenta las directrices producto de un consenso democrático, como los citados lineamientos.
En las próximas entregas serán descritas algunas propuestas.
Referencias:
1-Castro, F. DISCURSO EN LA TRIBUNA ABIERTA DE LA JUVENTUD, LOS ESTUDIANTES Y LOS TRABAJADORES POR EL DÍA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES, EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN EL 1 DE MAYO. 2000; Disponible en: http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2000/esp/f010500e.html.
2-Actualización de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución para el Período 2016 – 2021 Aprobados en el 7mo. Congreso del Partido en Abril de 2016 y por la Asamblea Nacional del Poder Popular en Julio de 2016, Partido Comunista de Cuba, Editor. 2016: La Habana.
*Doctor en Ciencias y miembro titular de la Academia de Ciencias de Cuba. Preside el Consejo Científico de la Universidad de La Habana. Expresidente la Sociedad Cubana de Química (2012–2016).
(Tomado de Cubadebate)