por Angel Guerra Cabrera
México se ha convertido crecientemente en centro de operaciones de la contrarrevolución anti-cubana. Unas veces clandestinas, en balnearios y parajes alejados de la capital, con la asistencia de activistas de la derecha regional, y otras públicas o semi-públicas. Por el Senado han desfilado los más connotados mercenarios de Estados Unidos en la isla y también integrantes de la contrarrevolución venezolana.
Un caso paradigmático, por ser producto de los laboratorios imperiales de guerra sicológica, es el de Lillian Tintori, esposa del golpista y fascista venezolano Leopoldo López, encarcelado por su responsabilidad en la muerte de 43 compatriotas, sin contar otras fechorías desde que fuera uno los cabecillas del golpe de Estado de 2002 contra el presidente Hugo Chávez.
López, junto a otros de su calaña, fue amnistiado por la infinita generosidad de Chávez. De haber actuado contra el orden establecido en una de las maravillosas democracias imperialistas se habría podrido en la cárcel.
Esta semana las diligentes gestiones de la cancillería mexicana en apoyo a la embestida de Estados Unidos y otros gobiernos derechistas contra Venezuela en la putrefacta OEA, han coincidido con otra visita de contrarrevolucionarios al Anáhuac. Tal vez por miedo al ridículo, sus habituales y cálidos anfitriones del Partido Acción Nacional no los habían recibido hasta el momento en que escribo. Ni siquiera la senadora Mariana Gómez del Campo.
Los visitantes de la isla participaron el miércoles en una mesa redonda titulada Construcción de Ciudadanía, una Perspectiva para Cuba. Organizada por el Consejo Mexicano de Asuntos Exteriores (Comexi) y FLACSO-México, como parte del programa Voces Cubanas (VC), financiado con 120 818 dólares anuales por la National Endowment for Democracy (NED), una organización fachada de la CIA. Comexi es dirigido por el vocero neoliberal Luis Rubio, miembro nada menos que de la imperialista Comisión Trilateral, creada por el finado banquero David Rockfeller –promotor de la genocida globalización neoliberal–, uno de cuyos integrantes más prominentes es el criminal de guerra Henry Kissinger. En el sitio web de la Ned se afirma que VC tiene el objetivo de propiciar a los "demócratas" cubanos la comprensión de la transición mexicana, en un enfoque que pone en pie de igualdad las reformas neoliberales en México y la actualización del modelo económico socialista en Cuba, dos asuntos totalmente incompatibles. Todo en un lenguaje paternalista, como si los cubanos fueran los seres más ignorantes de la cultura política contemporánea.
Surge la pregunta de en qué asamblea fueron escogidos siete contrarrevolucionarios como representantes de los demócratas de la isla, entre millones de jóvenes, muchos de los cuales exclaman "Yo soy Fidel". La respuesta la da la NED cuando afirma que el fideicomisario del dinero, o sea Comexi, promoverá “un programa de entrenamiento e intercambio entre jóvenes líderes cubanos y la sociedad civil mexicana”. Si la NED es un instrumento de la CIA, ya sabemos quién y cómo se escoge a los participantes cubanos del intercambio. En todo caso, le auguro a este programa su desmoronamiento, como todos los que fomenta Washington en Cuba.
Pero todavía falta el show de hoy en el Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe, para continuar desde México la ofensiva imperial y derechista contra Venezuela. Ya lo adivinó lector: su estrella rutilante será Luis Almagro, el malhechor y vividor secretario general de la OEA. El mismo que viola la carta de la organización un día sí y otro también por orden de sus amos imperialistas contra la heroica y democrática Venezuela. ¿Hará algo este personajillo para defender a los migrantes latinoamericanos en Estados Unidos? Ni modo, apuñalar a Venezuela absorbe toda su agenda. Justo el país que más lo promovió para ese cargo cuando fingía ser de izquierda.
Completarán el coro antivenezolano en el Tec impresentables como Óscar Arias, aliado de la Clinton en el golpe contra el presidente de Honduras Mel Zelaya, y Jorge Quiroga, ex presidente de Bolivia, beneficiario de las privatizaciones y represor de protestas populares. Este espectáculo auspiciado por la Fundación Foro 2000, con sede en Praga y financiamiento también de la NED y las fundaciones más reaccionarias de los partidos políticos alemanes. Entre sus socios, la embajada de Estados Unidos en el país centroeuropeo.
Almagro no consiguió más que el ridículo en la reunión del Consejo Permanente de la OEA el martes pasado. Ninguna de sus propuestas antivenezolanas fue aprobada mientras el chavismo mostraba su decisión antimperialita en una gigantesca movilización en Caracas. ¿Cómo es posible que el gobierno de México, después de la solidaridad recibida de la AEC en La Habana, dirija sus baterías contra Caracas y no contra Washington? Adiós a sus tradiciones juaristas y cardenistas. Qué pena.
(La Jornada)