por Nicanor León Cotayo
Un alarmante peligro se expande sobre América Latina y el Caribe. Al parecer, Washington ha decidido anticipar sus planes subversivos e intenta destruir todo vestigio progresista en la región.
¿Señales? Entre otras, ya sus testaferros locales insinúan la posibilidad de fraude en las elecciones de Ecuador, a pesar de los sólidos testimonios que demuestran lo contrario.
Propinaron un grosero golpe al puesto que corresponde a Bolivia en la presidencia del Consejo Permanente de la OEA. Antes, sin consultar a sus autoridades, como dictan las normas, y desplegando brutales presiones y chantajes, citaron una reunión de ese organismo para enjuiciar a Venezuela.
Como parte de su abierta conspiración apretaron las tuercas a emisoras de televisión, radio y periódicos para que aceleren su propaganda anti naciones progresistas.
Se hace cada vez más evidente la intención de utilizar a los regímenes ultraderechistas de Brasil y Argentina como avanzada de las pretensiones hegemónicas de Estados Unidos en el área.
Asimismo, una maquinación enderezada a conformar un bloque de incondicionales pro-estadounidenses dirigido a reconquistar la influencia de Washington en esta parte del mundo.
¿Enemigos en primer lugar a golpear?
Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, entre otros que han transformado la lealtad a su independencia y soberanía nacional en un principio sagrado.
Corren tiempos difíciles, no aptos para traidores, simuladores ni supuestos demócratas aficionados a los pantalones cortos.
Este tema es necesario darle continuidad.
(CubaSí)