Por María Josefina Arce.
Este Primero de mayo encuentra una América Latina donde se ha registrado un retroceso de los derechos laborales por la llegada al poder, ya sea por golpe de estado o mediante elecciones, de gobiernos con una política abiertamente neoliberal, que nos remontan a la región de las décadas finales del siglo pasado.
Si bien en naciones como Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela mediante leyes y programas sociales se protegen las prerrogativas de la masa trabajadora, hay otras como Argentina y Brasil en las que sus ciudadanos no han abandonado las calles para exigir se respeten los logros en esta materia.
Un aumento del índice de desempleo, pérdida notable del poder adquisitivo, alzas en los precios de los servicios básicos y afectaciones en los gastos sociales en sectores como salud y educación es el panorama en estos países en el Día Internacional de los Trabajadores.
Esta jornada encontró un Brasil inmerso en una profunda crisis política y social y donde el gobierno que preside el golpista Michel Temer atenta contra los derechos básicos del pueblo.
Con cerca de un 13 por ciento de desempleo, los obreros de gigante sudamericano ven como se atenta contra lo conseguido durante los últimos años bajo las administraciones del Partido de los Trabajadores.
Reformas laborales y del sistema de pensiones mantienen en vilo a una sociedad que no cree en un gobierno que ha llegado al poder de manera nada limpia, ni constitucional y es investigado por corrupción.
La Argentina de Mauricio Macri no marcha por mejor camino. El número de parados crece sin cesar, ante las medidas neoliberales adoptadas por un ejecutivo, que los expertos estiman representa una ofensiva estratégica del capital contra los intereses de los trabajadores.
Como bien afirman el pretexto de incentivar las inversiones de capital como única herramienta para garantizar el crecimiento y el desarrollo del país, solo ha llevado a satisfacer los intereses de los empresarios y a ampliar la brecha entre ricos y pobres.
En otras naciones como el Perú el Primero de Mayo llega con más de dos millones de ciudadanos con empleos informales, lo que no les permite disfrutar de determinados beneficios laborales.
Bajos salarios y la carencia de un adecuado sistema de gestión del descanso remunerado son también algunos de los problemas que afectan a los trabajadores peruanos.
Un verdadero sistema de pensiones que derogue al implantado durante la sangrienta dictadura del general Augusto Pinochet y aún vigente es un reclamo de los trabajadores chilenos, quienes estiman que este mecanismo favorece a las denominadas Administradoras de Fondo, en manos privadas.
Ante este panorama el Primero de Mayo fue en América Latina una jornada de lucha contra las políticas neoliberales que intentan implementar en toda la región los sectores más reaccionarios, que en los últimos tiempos han arreciado sus acciones desestabilizadoras contra los gobiernos progresistas.