Por María Josefina Arce
Serios obstáculos encontró durante su mandato el ex presidente Barack Obama para que fuera aprobada su reforma de salud, que ya desde su campaña electoral el actual inquilino de la Casa Blanca Donald Trump dijo que buscaría desarticular.
De hecho en los últimos días la Cámara de Representantes sancionó un proyecto de ley para revocar buena parte de la actual legislación sanitaria, que no obstante, encontró también una fuerte oposición y que ha transitado por un camino bastante accidentado.
De hecho el pasado mes fracasaron dos intentos y ahora una veintena de legisladores republicanos retiraron su apoyo al proyecto de Trump.
Por 217 votos a favor y 213 en contra fue aprobada la propuesta que eliminaría el aumento de impuestos contemplado en la reforma de Obama a las personas de mayores ingresos y a la industria sanitaria.
El corto margen de victoria es un indicio de que no será nada fácil la batalla en el Senado, donde los republicanos cuentan con una superioridad de apenas seis escaños.
Uno de los aspectos más controvertidos del voto en la Cámara Baja fue que los republicanos sometieron a votación el texto sin que la Oficina de Presupuesto del Congreso evaluara el impacto de la ley.
Aspecto este que hará aún más difícil su tránsito por el Senado. Varios senadores republicanos han expresado ya su preocupación por las consecuencias de la legislación en sus estados, especialmente en lo relativo a los recortes a las ayudas para las personas con bajos recursos.
"Este proyecto de ley no va a llegar a ningún lado en el Senado de Estados Unidos", afirmó el líder de la minoría demócrata en esa cámara, Chuck Schumer.
"En lugar de tratar de aprobar una versión diferente de la misma propuesta de Trump, que significaría costos más altos por menos cuidado, los republicanos en el Senado deberían negarse a seguir a sus colegas de la Cámara baja hacia el precipicio, rechazar la legislación y trabajar con los demócratas para mejorar nuestro sistema de cuidado de salud de manera bipartidista", agregó.
La realidad es que aunque falló en varios aspectos, la reforma de salud de Obama posibilitó que en Estados Unidos donde hasta 55 millones no tenía seguro médico esta cifra disminuyera a 27 millones.
La propuesta aprobada en la Cámara de Reprsentantes, entre otras negativas consecuencias, dejaría que los estados eludieran el requisito de Obama de que las aseguradoras cubran los tratamientos antidrogas.
Son muchos los que cuestionan que las exenciones fiscales contempladas por la cámara baja no tienen en cuenta apropiadamente los niveles de ingresos, ni las diferencias regionales en los costes sanitarios.
Difícil se prevé será el debate en el Senado de una propuesta que estiman los expertos llevará a que millones de norteamericanos pierdan su cobertura médica en los próximos diez años en un país donde todo cuesta.